Un poquito de humor... que he pasado mala noche...
Aviso que es largo el cuento
que aquí les vengo a contar
y aunque no sea una paya
es un chiste que en España
resulta muy popular.
Estaba el señor marqués
aburrido en su mansión
pensando en la duquesita,
y tomando su bastón,
colocándose el sombrero,
saliose muy pinturero
para hacerle una visita.
Llegado que fue a la casa,
el mayordomo Fermín
lo recibió con esmero
y guardole su bastón
así como su sombrero.
Encontrose a la duquesa
reunida en el salón
con dos amigas inglesas,
y le indicó que a la mesa
arrimase su sillón.
¿Y qué le parece a usted
si por darnos diversión
mientras tomamos el té
juguemos al acertijo
que le quiero proponer?
Dijo así la duquesita
y aceptó el señor marqués
y las tres damas a una
pensaron en una yegua
y el acertijo dijeron
rimando sin darle tregua:
"Es alegre y muy briosa
y a la mujer pone nerviosa"
Impulsivo, el buen marqués,
vino a decirles en prosa
lo primero que a la boca
sin prudencia ni templanza
le trajo la adivinanza.
Enojose la duquesa,
se enfadaron las inglesas,
y del mayordomo Fermín
reclamaron su presencia.
Fermín- dijo la duquesita-
traiga usted el sombrero y el bastón,
puesto que el señor marqués
ya terminó la visita.
Discúlpenme las señoras,
pues lo dije sin pensar,
les ruego que me disculpen,
denme otra oportunidad.
Como el marqués era guapo
perdonarle decidieron
y, como si nada ocurriera,
prosiguieron con el juego.
En un rincón de la sala
las damas se reunieron:
"pensaremos esta vez
en un anillo de oro,
a ver si el señor marqués
contesta con más decoro".
Volvieron a sus asientos
y esta rima compusieron:
"resulta duro y redondo
y ha de meterse hasta el fondo".
De nuevo aquel caballero,
por orden de la duquesa,
se vió muy tieso en la puerta
con el bastón y el sombrero
que Fermín, el mayordomo,
le trajo con mucho aplomo.
"Por última vez les ruego
me disculpen este enredo,
pues tan claro yo lo ví
que no pensé en vuestra ofensa.
Concédanme de su gracia
otra oportunidad
que me sirva de defensa."
Ya sin mucha confianza,
las tres damas al marqués
otra rima propusieron,
pensando con precisión
en una pasta de té
para untar en la infusión.
"Entra dura y desafiante
y sale floja y chorreante" .
Así dijo la duquesa
al tiempo que fué el marqués
quien llamara al mayordomo
para llevarle a la puerta.
"Deme usted, mi buen Fermín,
mi bastón y mi sombrero,
que esta vez va a ser que sí,
que es justito lo que pienso.
Pues donde tengo la olla,
la rima a mi me sugiere
que no meta la cebolla.
¡Y esta vez no me lo nieguen!
que está claro como el agua.
Discúlpenme las señoras" .
Moraleja:
No jueguen con la duquesa
ni con las damas inglesas,
aquellos tan mal pensados
que de yegua,anillo o pasta
se hagan los olvidados
y entiendan por otra cosa
lo que estaba así de claro...