A mitad de otros caminos
que no son los míos
ni me afectan...
Es allí donde los hilos
que mueven otras manos,
se entrelazan y se encuentran.
En mitad de la nada,
como en ese duerme-vela
de la soledad impuesta,
tal vez está el cruce del sendero
donde las almas vagabundas
se miran a los ojos... y se mezclan.
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