jueves, 3 de mayo de 2012

Hulna y el sexo


Si tengo que confesar algo... es mi pudor. Me enfrasqué en la aventura de escribir un par de relatos supuestamente eróticos... con un resultado mediocre, la verdad. Tal vez deberían haber ido a parar al bufón, ya que (si no pena) provocan hilaridad por su contenido tan carente de erotismo.
No es que sea un reto para mí... pero sin duda me gustaría tener un desinhibidor automático, capaz de echar fuera a la fiera que oculta Hulna por algún lugar de su cerebro dudosamente pensante. biggrin.
De todas formas... me niego a emplear palabras soeces con la pretendida idea de dar más fuerza o carga erótica a un relato. Yo, sencillamente... no puedo.
A menos, claro está, que las ponga en boca de un personaje que así lo requiera.
Lo intento... juro que lo intento. Imagino situaciones y me pongo a escribir con el firme propósito de dejar en ridículo al más generoso de los escritores eróticos.
Pero... la Hulna castradora me da palmetadas en las manos. Corta y pega. Censura...
Digo yo que será cuestión de... ¿de qué?
No lo sé. Pero igual va siendo hora de que abandone la idea de escribir relatos eróticos y me dedique a los cuentos para niños... o a las tiras cómicas.
Mi último texto "¿bajarás la basura?" publicado en tu alcoba, así parece aconsejármelo.
Pero bueno... no será porque no lo intenté.
Si es que... lo que no puede ser, no puede ser... y además, es imposible. eek

No hay comentarios:

Publicar un comentario