viernes, 4 de mayo de 2012

Mírame


Me trasciendes
desde la luz púrpura
de la tarde
que se corona de mil tonos ardientes.

Y yo ardo en ese fuego de tonalidades infinitas
a las que invitas y sugieres,
como un galante abanderado del ocaso.

Me perpetúo en tus ojos
cuando miras al horizonte,
perdido tras otro horizonte
más lejano y misterioso,
universo paralelo y exquisito
donde incitas a Pegaso
a ser mi montura y me transporte
a ese mundo único y hermoso
donde tú y yo habitaremos para siempre.

Mírame en los atardeceres de espejos,
en las colinas enrojecidas
donde el sol recuesta su melena.

En los reflejos ambarinos
que se bañan en el mar
imitando sirenas locas
y de amores complacientes,
juguetonas con las olas,
estrenando sus diademas de espuma...

Mírame en cada rincón mágico que anida
en los perfiles dibujados por el sol cuando se duerme,
imitando nuestros sueños
y robándonos suspiros
al borde del amor hecho locura...

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