No voy a prometerte amor eterno,
ni a decirte que por tí
muere mi alma.
Sólo diré que algo se rompe
aquí,en mi pecho,
cuando siento el aguijón de tu mirada.
No voy a abrir las compuertas de los cielos
para hacer que sobre ti
lluevan estrellas;
Sólo diré que de tanto mutilarme la palabra
mis dientes son la cárcel de mi lengua.
No voy a publicarte como edicto.
No eres bando real para mis plazas.
Pero mi sangre grita ya pidiendo auxilio
y la luz de la razón tengo nublada.
No te convocaré en mis espacios.
No beberé en la fuente que dimanas.
Abortaré los sueños y delirios
y no entraré en este paraíso
que tienta mi virtud con tu manzana.
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