jueves, 3 de mayo de 2012

... Una vez más


Te quiero, te quiero, te quiero... y a cada empuje de su cuerpo contra ella, un te quiero más. Tan convincente que la hizo llorar. Se sentía feliz sintiéndolo dentro de sí. Con la seguridad de que seguía siendo suyo, después de todo. Apasionado y dulce al mismo tiempo. Convirtiendo cada contracción de sus músculos en una ola feliz y enamorada.
Te quiero, te quiero, te quiero... y ella lloraba de amor y de alegría. Y subió con él hasta el cielo.
Después él se vistió y salió por la puerta con un leve beso en su frente olvidada.
La sensación de haber sido usada una vez más la hizo llorar de nuevo. De rabia, de dolor, de abandono...

No hay comentarios:

Publicar un comentario