El alma se acuesta,
trémula en el filo de tu espalda.
Justo allí donde comienza
el albo sendero de mis sueños.
Y retornan ansiedades
al sentir el camino que me espera
hasta llegar,fiel peregrino,
al centro esmeralda de la dicha.
Allí donde el deseo es sólo uno.
Donde tú y yo esperamos encontrarnos...
confundiéndonos ciegos con el alba.
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