Aquellos días soñamos
que el mundo se nos rendía.
Que la belleza sería
nuestro estandarte por años,
que el tiempo se detendría
y nunca envejecería
aquel cuerpo que habitamos.
Y cogidos de la mano
emprendimos el camino
cantándole a la alegría,
la amistad y los veranos.
¡Qué hermosos nuestros amores!
-la inocencia en los abrazos-.
La adolescencia atrevida,
la juventud sin relojes.
la risa en nuestras pisadas,
la eternidad... los pudores.
¡Qué bello si -como antaño-
el alma nos floreciera,
el cuerpo no envejeciera
y para siempre hoy fueran
maravillosos los años!
Uf! Qué bello sería, pero entonces seríamos Dorian Grey.
ResponderEliminarBonito, nostálgico y emotivo.
Un abrazo.
Seamos Dorian si es para no olvidar los maravillosos años.
ResponderEliminarHe vuelto a disfrutar de uno de tus poemas, Hulna. Besos
Qué lindooooooo!!! ains me has hecho recordar... recordar... recordar... mmmmmmm...
ResponderEliminarNunca creimos que el tiempo también pasaba para nosotros, y pasa y pesa. Qué bonito es recordar aquellos maravillosos años, cuando nuestra juventud era un eterno verano. Me ha gustado mucho tu relato. Un beso Hulna.
ResponderEliminarGracias, chic@s :)
ResponderEliminarjajajajajajaa pero mírala que guapa!! y que recuerdos ehhhh jajajaja
ResponderEliminareres la chica de la izquierda no???
Besotesssss