Aún tengo la sensación de sueño. Los ojos me pican. He dormido bien, pero a las 6 mi reloj biológico decide que mi cuerpo no necesita dormir más. Se equivoca. Pero... ¿quién puede discutir con un reloj?
Salto de la cama. Me voy directa a la cocina y allí me preparo mi primer café. Me siento frente al ordenador, a leer las noticias, a leer blogs de buhos, a leer las opiniones y poemas de los foros...
Nada es comparable al silencio que invade la casa a esas horas. Siento que esos momentos son sólo míos. Un tiempo de silencio que me pertenece.
A las 8 tocan diana. La casa se despierta... arrea a los niños, prepara desayunos, viste al pequeño. Peina a la niña... ¿lo llevas todo? ¿has revisado la mochila? ¡abróchate ése abrigo! ¡deja en paz a tu hermana! ¡lávate los dientes! Besitos... sí.... yo también te quiero.... adiós, adiós....
Y otra vez el silencio.....
Y miro al rededor.... las camas, la cocina, el comedor, el cuarto de baño....
Y comienza el ciclo de todas las mañanas.... todo por hacer.... Y me pongo manos a la obra... en silencio.
Hasta que dan las 2 y vuelve el bullicio. Se acabó la paz... Pero estamos vivos. La casa se me llena.... ¿qué tal el cole? ¿cómo te fué en el exámen? ¿te dieron lata los alumnos? Lavaros las manos, poned la mesa.....
La casa se llena de vida.
Y así... hasta mañana a las 6.... cuando tengo ese silencio hermoso para mí.
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