domingo, 6 de mayo de 2012

Ceniza, polvo, nada...

Quisiera encontrar ese poema.
-Las palabras ni convencen ni me bastan-
la belleza casi nunca es suficiente,
ni se forja en la humildad
o en la vileza.

¿Adónde fue ese verso amado?
¿Adónde la virtud
que se me escapa?
¿Dónde se enconden la verdad
y la proeza
para darle aquella forma
tan soñada?

Me siento por las musas
limitada,
al tiempo que me hicieron prisionera,
pues es tanto el deseo
de alcanzarlas,
que vivo atrapada
en sus cadenas.

Verso único y perfecto...
verso fatuo que me faltas...
pero el fuego está encendido
y en sus llamas
presiento mi ceniza,
polvo,
nada.

La sombra de mi sombra
en las caderas
de unas sílabas
bailando encadenadas.
Los ritmos náufragos,
borrachos de impotencia,
falaz imitación
soñando gracia...
Así mis dedos traductores
vomitan pretensión,
agónicas palabras...

Si alguna vez halláis
a la poesía,
si alguna vez la viérais
cara a cara,
decidle que aún la amo
en mi derrota.
Decidle que mi alma
sigue rota
y que sólo soy la voz
de la ceniza,
el polvo que soñó
con ser poeta,
la nada en la nada...

tan perdida...

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