jueves, 3 de mayo de 2012

Contigo

Nunca sabré qué es la ternura.
El mundo jamás podrá salvarse
por tu causa.
Me anidan lágrimas inútiles
que desperdicio a miles
y jamás te sentirás salpicado
por la culpa.

Nunca conoceré el sabor
de la dulzura.
Nunca me aprenderé
el alfabeto básico
del amor
ni las cuatro reglas matemáticas
para resolver la ecuación
de la alegría.

A tu lado no saldré de dudas.
Me habré de conformar
con la postura
de la incómoda ignorancia.
No sentiré el abrazo suave
que transmita la certeza
de ser útil, necesaria...
Ni tan siquiera viviré
con la sospecha
de que alguna vez
fui amada.

Contigo permanezco, sin embargo.

Contigo... que no sabes amarme.

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