jueves, 3 de mayo de 2012

Envidias migratorias (a través del espejo)


(Así reclama la imagen del espejo la realidad de la carne)
Vivo aquí, atrapada en el espejo.
Mirando las vidas del derecho
de aquellos que habitan y reclaman
la verdad que se nos quita a los otros virtuales.

He pensado muchas veces
visitar el otro lado
y teñir aquel mundo de reveses,
donde el cuerpo es mi antítesis
y la piel caliente mi reverso.

He añorado mil veces el contacto,
la tibia virtud de una sonrisa,
el enojo frente a mí por un peinado,
que en tantas ocasiones me reprocha
la niña que juega a ser princesa.

Soñé en una ocasión que aquellos labios me besaban.
Los mismos que atraparon otros besos
que frente a mi puerta de cristal se capturaban.
Dos bocas ajenas al clamor de mi agonía.

Jamás entenderán la noche fría
que conmigo compartieron los amantes,
aquellos que después de amarse se reían,
mirando sus reflejos agitados y felices.

Grité de odio y pura envidia.
Juré que rompería sus imágenes.
Y tal vez traspase la frontera
y emigre desde mi verdad a su mentira.

Que yo quiero tocar sus vanidades...
que quiero ser de carne... y estar viva.


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