Asumo la responsabilidad más fiera
de reunir los espacios limítrofes
que abarcan desde el tiempo de tu ausencia,
hasta la más absoluta cercanía.
Y así, la presión que sobre mí ejerces,
me obliga a impulsar los ritmos más veloces,
y llevo el corazón a rastras de la angustia
que tu sola presencia me produce.
Has desorbitado mis esquemas,
has puesto precio a convicciones.
El mármol de mi sangre tambaleas,
y el pilar de mi entereza no es estable...
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