viernes, 4 de mayo de 2012

Levedad..

Ya no quedan flores esparcidas.
El último pétalo voló
arrastrado por tu viento marinero.

El perfume de mi rosa
tan cautiva
se fue a llorar la lluvia
de tus besos.

Resplandece solitario el arco Iris,
partió la noche en busca de tus lunas,
se abrió la estrella en un suspiro
mirando tu sonrisa desde arriba.

Tronad como en un canto
de trompeta,
cielos rasgados por su ausencia.
Esculpid a fuego cada aurora
que no vean conmigo
los ojos del amado
que me nombra.

Yo quiero amanecer contigo,
liviana como ala de libélula.
Tan breve como breve es la amapola
que al aire que la roza
le habla trémula.

Yo espero murmurar tu gracia
y que no desaparezcas al decirte.

Que el sueño imposible es otra cosa
y yo a tí te disfruto en la mañana.

Recolecto el rocío en cada hoja
y asomo en tus ojos la esperanza
de verme convertida en tu alimento
si alguna vez descubres que me amas...


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