viernes, 4 de mayo de 2012

Diseñando el dolor

Me gusta escribirme la tristeza
como un dibujo lánguido en mis manos.
Como unos ojos de brillo tan arcano
que en esa laxitud produce heridas.

Me gusta el dolor de cada letra
como un sauce llorón de lágrima caída
que roza su melena con la tierra
sembrando de la pena una semilla.

Me gusta cantar los versos tristes
que ocupan la amplitud de la palabra.
Como la flor sin tiesto se derrama
en un llanto callado y se marchita.

Me gusta hablar de ausencias y de mitos
que se hacen héroes al son de despedidas
y proclamar la muerte sin medida
que da el amor fugaz cuando se marcha.

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