Qué más quisiera yo
ser roca firme
y llevar sobre mis hombros
el peso del amor sin ataduras,
y estrenar mis alas de hada fabulosa
sintiéndome la diosa Fantasía.
Qué más quisiera yo
ser un portal experto
atravesado de aventuras,
sin acceso restringido,
fuente de sabiduría,
aproximando mundos,
explorando carencias.
Qué más quisiera yo
ser mirlo blanco.
O un trébol regado de fortuna
perdido en la maleza.
O ser el cisne de plumaje negro
sin prisa por cantar su melodía.
Qué más quisiera yo
ser estrella fugaz en tu mirada.
O perla oscura de imposible forma.
O duende de deseos regalados.
Qué más quisiera yo
ser la cara oculta de la luna,
el último unicornio de la luz,
Dragón blanco de la suerte
y Fénix que retorne de su herida.
Qué más quisiera yo que ser
varita mágica encendida
o herradura que encierra la fortuna.
Y ser por tí más bella que ninguna
y me entregaras en tu juicio la manzana.
Al fin soy sólo aire, brisa quieta.
La gota que se ahoga
al borde de algún vaso.
Balón que juega con el aro
sin entrar jamás en la canasta...
Música enjaulada en el poema
grabado a fuego en mis instintos,
que pide corazón,alma y permiso
por ver la luz filtrado a duras penas...
y aún no he escrito.
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