jueves, 3 de mayo de 2012

Mi dosis


Cuando no escribo me siento perdida. Cuando la imaginación me olvida y la inspiración me deja tirada es como si me fallara a mí misma. Estoy al revés.
Entiendo que también las musas necesitan vacaciones y tal vez el abuso que he cometido con ellas durante un año próspero en ideas provoca ahora una huelga de versos caídos. Y aquí no hay servicios mínimos que valgan. Recurro a poemas ya escritos durante el año que, como digo, fue prolífico y generoso, para cubrir expediente. Y no me gusta, lo confieso.
Tal vez me exijo más de la cuenta, no sé. Pero antes, cuando no me ocurría nada concreto sobre lo que poder escribir, me lo inventaba. Expiaba sentimientos ajenos y construía una poesía "robándole" a otros sus amores, encuentros y desencuentros, despedidas, soledades, tristezas, emociones...
Yo es que me deprimo rápido, lo reconozco. Y al mínimo descuido de la musa ya siento que me hundo en el pozo más negro del vacío de letras, porque "necesito" escribir algo cada día o ya creo que estoy acabada para siempre. Y claro... olvido que todos debemos depurarnos de vez en cuando. Que, a veces, un paro forzoso sirve para retomar la producción con más fuerza.
Por éso estoy escribiendo ésto. Para no sentir el "mono" de las letras.
Al menos me sirve de parcheterapia.
Ea, ya lo hice. Por hoy ... tengo mi dosis. biggrin


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