jueves, 3 de mayo de 2012

No te vayas

No se te ocurra huir.

No te escabuyas.

El tiempo se ha partido ya.

No puedes irte ahora.



El alma se ha encogido

y la guardo pequeñita,

arrinconada en el desván

del asombro.

Mira con ojos asustados,

como niña sorprendida

que no establece medidas

ni peso absoluto

a un regalo inesperado.



No te vayas ahora

que la escalera ha llegado al cielo

y he bajado estrellas sin contarlas.

La aurora me ha cogido por sorpresa

y apenas escuché a la luna

que de mí se despedía.



No te vayas ahora

que he rozado el azul

con dedos temblorosos,

arrancándole suspiros a la noche

con cada lucero fugaz que le he robado.



Y sin embargo te vas...

y lo presiento.

Sonó tu adiós como un beso en la frente.

Se desató mi corazón sin previo aviso,

a punto de estallar tan desbordado.



No soy la misma ni tú eres el de antes,

pero aposté por un sueño rescatado,

sin proyectos, sin análisis...

tan sólo con la idea de vivirlo y disfrutarlo.



Se me rompió el jarrón y nuevamente

volví a ser la flor de un día

que luce su belleza y su alegría

para morir de sed... lánguidamente.

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