viernes, 4 de mayo de 2012

Ójala


Ojalá que el aire me bastara
para reconocerme y estar viva
y que las huellas de mis pasos me sobraran
para encontrar mi senda y mi destino.
Ojalá que el agua me calmara
y no necesitase más que el vino
para perderme sola al embriagarme
zigzagueando ebria mi camino.
Ojalá que el pan me fuera suficiente
para llenar mi cuerpo hasta saciarme
y en el pecado de la gula condenarme
sin mayor vicio ni placer que a mi me tiente.
Ojalá te amase un poco menos.
Sin esta desazón desorbitada.
Sin la necesidad de saber que cada día
tú eres mi pan, mi vino... mi agua.

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