jueves, 3 de mayo de 2012

Posesión


La prisa me desata los cordones
y ando descalza por tu orilla.

Con urgencia desabrocho los botones
para mostrarme plena a tus delicias.

Ávida del agua de mil mares,
así me lanzo a ti,agónica y sedienta.

Murmurándote apenas por los nombres
que invento para ti,buscando a tientas
la entrada de tu ciego laberinto.

No quiero encontrarte la salida.
Sólo perderme en el dédalo infinito
de tu piel húmeda y cálida,
y en tanto tu amplitud me sobrevenga
hacerme más humana y tan eterna
como un pliegue de tu voz, hecho caricia.

Confieso que te amo en avaricia.
Que no te quiero amar y luego darte.
¡Allá el pudor que en forma mística
mitiga la pasión y ama por partes.!
Yo aspiro a engullirte a la deriva.

A devorarte hecho de miel milimetrada.
A no dejar que te respiren ni respires.
A destruir tu libertad tan añorada.
Búscame luego cualquier apelativo.

Adjetiviza mi actitud y pretensiones.
No cambiará mi afán de poseerte
ni cesará la sangre de mis ganas.
Ya voy sin rumbo,sabiéndote la meta.

Mando mis besos como una avanzadilla
que allanan el camino de mis dedos
con los que habré de conquistar tu plaza,
golosa ciudadela que se yergue
tras los montes más allá de tus rodillas.

Tiembla de amor, pues sabes que te quiero.
Entrégate y claudica sin reservas.
Ya puedo deleitarme con tu miedo
mil veces dibujado en el hambre de mi boca...
Ya nunca serás tuyo... ya no te importa.

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