viernes, 4 de mayo de 2012

Sin título


Me espanta el olor a humo de mi alma.
Su color oscuro apaga el arcoiris
que soñé que la habitaba...

Seca y huera llora sin lágrimas
porque no sabe, no puede, no quiere
restaurar los pilares seguros
que acaso sostenían su mundo
macizo, inconmovible...
Se retuerce el paño áspero
de mis entrañas
y escurre así la dignidad
que le sobraba.
El mar ruge como un pirata furioso,
reclamando su parte a mis esquemas.

Huye o se queda -aún lo está pensando-
y consulta vacilante a las estrellas...

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