Me recorro el sendero
que has trazado.
Repaso cada surco
dibujado
por tus dedos en mi piel
y de nuevo me enamoro...
me estremezco al recordarlo.
Abrazada a la secuela
que es tu ausencia
reinvento las caricias
sin tus manos,
autoras del placer y la ternura.
Imposible es el plagio
de tus besos.
Inútil pretender que
-estando a solas-
podría replicar aquel contacto
que hiciera mi deleite
tantas horas.
Te sueño y no alcanzo
a poseerme,
ni tiene la virtud
mi fantasía,
para reproducir tu tacto
tan amado,
para poder llevarme
a la locura.
Son tus dedos,
de sabia maestría,
los únicos capaces
de arquearme.
Rechazo imitaciones
y aún espero
encontrarte camuflado
en las yemas del deseo
que has trazado.
Repaso cada surco
dibujado
por tus dedos en mi piel
y de nuevo me enamoro...
me estremezco al recordarlo.
Abrazada a la secuela
que es tu ausencia
reinvento las caricias
sin tus manos,
autoras del placer y la ternura.
Imposible es el plagio
de tus besos.
Inútil pretender que
-estando a solas-
podría replicar aquel contacto
que hiciera mi deleite
tantas horas.
Te sueño y no alcanzo
a poseerme,
ni tiene la virtud
mi fantasía,
para reproducir tu tacto
tan amado,
para poder llevarme
a la locura.
Son tus dedos,
de sabia maestría,
los únicos capaces
de arquearme.
Rechazo imitaciones
y aún espero
encontrarte camuflado
en las yemas del deseo
que enciende mi pasión
y que me anida.
y que me anida.
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