viernes, 4 de mayo de 2012

Flaquezas


¡Cómo dolió, mi amor, el tono de tu voz deshilachada!
Fue un desgarro de ironía triste,como de quien empieza a decir adiós desde muy lejos.
Dolió… pero no más que aquellas veces
en las que fui yo quien se marchaba al rincón oscuro de la pena.
Pero ¿viste? Regresé antes de que tu deseo se exiliara
al país de las oportunidades perdidas.
Te regresé como un milagro… ahora que al fin te tenía en el plano gris en que tantas veces fui turista
y exploré arrastrada por tu fría indiferencia.
Fue sólo un instante. Suficiente para ver que también tú
eras capaz de sentir desolación y tal vez miedo.
Al fin comprobé que eres humano.
Y volviste a mí como un torrente de pasión para abrazarme
y hablaste desde esa esfera que apenas reconozco.
“Quiero verte gozar”-decías-“Quiero ver cómo gimes y te arqueas”.
¡Te descubrí tan mío entonces! ¡Tan de carne generosa y entregada!
Y yo-que ya te amaba- te amé hasta el universo del deseo.
Me hice sombra recortada en la penumbra de tu cuerpo,
como una imagen chinesca en el teatro de la cama.
Interpreté para ti la obra de tus manos.
¡Autor de amor que tan buena actriz me haces…!

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