jueves, 3 de mayo de 2012

Tal día como hoy...


Hace cuatro meses (tal día como hoy) mi vida pareció romperse de pronto. Desde entonces he compartido con vosotros todo el dolor, todo el vacío, toda la desesperación y también toda la voluntad y las ganas de tomar fuerzas que albergaba mi alma.
Habéis sido testigos de cómo Hulna se apagaba poco a poco, perdía valor, alegría, brillo...
Hoy (tal día como hoy) estoy intentando remontar el vuelo. Estoy intentando recuperar esa vida que no era perfecta, pero que me mantenía asida al filo de mis imperfecciones con una sonrisa y me daba una seguridad que creí haber perdido para siempre.
Él ha vuelto. Me da miedo decirlo en voz muy alta... porque parece que el hechizo pueda romperse. No sé si alguna vez volveré a ser la misma. Pero es cierto que toda esta experiencia me ha enseñado a enfentarme con todas las mujeres que soy.
Tal día como hoy comienzo de nuevo. Sé que dejo muchas cosas en el camino. Pero también me llevo otras.
Elegir es rechazar. Nadie dijo que fuera fácil. Y tal vez mi felicidad alternativa se queda colgada del hilo de la incertidumbre. ¿Qué hubiera pasado si...?
Hay muchos futuros alternativos. Yo escogí uno. Alguno pensará que tal vez mi elección haya sido la más cobarde. La de la seguridad. La del mundo conocido... Pero también es el mundo que amo y creo íntimamente que también es el mejor para todos.
Alguien me dijo que era hora de que pensara en mí. Y sólo en mí. Pero éso es materialmente imposible.
La razón va por un lado y el corazón por otro. Decidí escuchar a éste último.
No quiero repetir errores. Me hice el firme propósito de retomar mi vida... pero mejorando todo aquello que se interpone entre yo y mi felicidad. No sé si soy la única que debe cambiar. Pero mi felicidad es labor mía. Y lo demás... quizá se me dé por añadidura.
Volvemos a ser una familia de seis. Es mi deber. Es mi deseo. Es lo mejor.
Siempre he intentado hacer lo correcto aún cuando me haya desviado del camino. Siempre encontraba la senda de regreso. Me he equivocado muchas veces. Lo seguiré haciendo. Pero tantas otras veces intentaré retornar a la senda "de lo que debe ser". Y esta vez... sabiendo lo que está en juego... pondré todo mi empeño para que nada ni nadie (ni yo misma, sobre todo yo misma) estropee una felicidad que me merezco.
Quiero hacer feliz a quien me rodea. Difícil. Siempre habrá quien me recrimine los métodos. Porque siempre se deja algo por el camino. Siempre hay preciosas figuras de cristal que se rompen. Valiosísimas joyas que se quiebran...
No sé qué ocurrirá de aquí en adelante ni cómo haré para mantenerme firme. Pero seguro que se me ocurrirá algo.
Y como diría mi heronía favorita: "¡Ya lo pensaré mañana!"


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