sábado, 5 de mayo de 2012

Vanagloria


¿Y ahora qué hago yo cuando me roces?
Cuando el tacto de tus dedos malhechores
me asalte bucanero por la espalda
y quiera despojarme la armadura.
Qué haré si me he jurado que las dudas
que me creas son un muro
donde chocan la verdad y mi entusiasmo.
Si el aliento no me llega hasta la boca
cuando siento que a pesar de todo sigo amando
tus manos envejecidas de deseo.
Hay una especie de renuncia
a ti y a tu lejanía.
A tus imperios petulantes
que construyes con huídas
y con caricias distantes.
¿Qué hago cuando no asumes
que en el amor hay dos partes?
Que no estoy hecha del hielo
donde tú hallas vanagloria
y en el que encuentras tu cielo
de fría y necia victoria.
¿Qué haré con mi estúpida idea
de que pase lo que pase
yo estaré siempre dispuesta
a darte lo que me pidas...
a entregarme sin medida
y amarte aunque no me ames.

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