sábado, 11 de agosto de 2012






 LA PRINCESA PROMETIDA


Aunque no me esperabas
llegué yo sola. 
Sola.
Porque sola estaba
aunque envuelta de ropajes
que simulaban compañía.
Y en tu reloj sordo
comencé a marcar tus horas.
Dancé esa danza imprevista
que a veces trae color
a los espacios.
Solo -tú también-
apenas dabas crédito a tu suerte.
Y la inquieta bailarina que yo era
paseaba de puntillas tus rincones.
Desordené tu vida y tus cajones.
Ocupé tu lado indiscutible de la cama,
desempolvé las viejas emociones
que por pura añoranza conservabas.
Levanté las alfombras de tu alma
y las sábanas de amor puse a remojo.
Te rescaté siendo un despojo
y dibujé alegría en tus armarios ordenados.

Pero la vida -a veces- nos colapsa.

Huí como la pieza que nunca prometió
que iba a ser tuya.
Y vuelves a charlar con las cortinas...
y riegas en silencio cada planta...
Y sigues empeñado en el regreso
de aquella princesa prometida
                                    que soñaste rescatar de la pantalla.

17 comentarios:

  1. Los cuentos de castillos, príncipes y princesas me encantan.

    Siempre me he imaginado ser una princesa a punto de descubrir ante los ojos de los demás.

    Un abrazo.

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    1. Lo malo, moniquilla, es cuando alguien vive inmerso en un cuento de hadas... y es éso lo que buscan. Luego acaban topándose con la cruda realidad... pero insisten en querer seguir viviendo una fantasía... a su modo y manera.

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  2. Cuántas son las cosas que duran solo un momento, cual si fueran un cuento de hadas y princesas. Efímero e intenso es el sentimiento y al final nos queda gusto a nada.
    Gran trabajo Hulna.
    Un beso

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    1. Gracias, Osvaldo.
      Otro beso para ti... de ésos que te despiertan tras 100 años de sueño. ;)

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  3. Yo como soy muy obediente
    obedezco lo que dice el cartelito
    y dejo mi comentario en forma de visita.


    Ya me puedo ir?

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    1. JAJAJAJAJAJA ¡Tú siempre eres bien recibido, Cielín! ¡¡Pero no me hagas visitas obligadas!
      Ayer pasé por tu casa... pero... ojú! Ya sabes lo que me pasa a mí con tu estilo de poesía....¡¡¡¿qué iba yo a comentarte en tus "derrames" varios?!!! O..O ;P

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  4. !RELECHES!!!!

    Yo venía a raptar a una Princesa y resulta que no es de aquí ni es de allí, es culo de mal asiento.

    Pues que conste en acta que mis armarios son un primor.

    Me voy a piratear por esos mundos del diablo.

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    1. Jajajaja ¡pues prepárate! Porque cualquier día llega una princesa revoltosa y te pone la casa patas arriba. :)

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  5. Princesas, castillos, ogros y caballeros esbeltos de larga melena y ojos claros. Cuentos de hadas y cuentos contados en verso.
    Estás en racha, Hulna. "Y en tu reloj sordo comencé a marcar tus horas"
    Grande, poetisa

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  6. Así es como se llega, sola y cuando nadíe te reclama. Desordenando lo cotidiano. Me encantó, Hulna.
    Un besazo.

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  7. Toda una historia de amor, bien descrita, pero con final más actual...
    Me lo imaginé, con esos cajones de ropa ordenadita y el corazón revuelto a cambio...
    Un beso.

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  8. princesa... que le dio felicidad y le quito la soledad... pero efímera y fugaz se desvaneció, pero siempre le quedará el recuerdo de su aroma, aunque de nuevo viva en soledad. es preciosa y con un final tan inesperado... un beso

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  9. Hola Hulna, me encanta tú poema, sí, como siempre, ya sé que me repito, pero este parece arañar en mi fuero interno, porque a uno siempre le pasan estas cosas y las princesas prometidas se quedan siempre en sus pantallas.
    Mi blog personal es Rincón de un lerdo http://www.balteu.blogspot.com.es/ Froiliuba me lo hizo como puerta a otros blogs, a los que se puede acceder desde ahí y puedes entrar en el que quieras, porque siempre serás bien recibida con agradecimiento, por permitirme poner tus letras en uno de ellos.
    Bicos amiga mía.

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  10. Qué bello, hulna! Na, mi niña, qué no sabemos lo que queremos. Muchas veces lo he pensado. Tanto tiempo persiguiendo un sueño, idolatrándolo, regándolo, que cuando llegue (si llega), ¿será suficiente? Somos seres confusos y confundidos.

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  11. Qué lindo!!! Me ha encantado, un placer leerte.
    Un beso

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