Antes de que mueras
las palabras serán tu redención...
o tu condena.
Antes de matarte con mi olvido
te dejaré hurgar en las palabras
como última voluntad del condenado.
Antes de tu hora
será tu postrera comida
los versos que solos se escribieron
y que se borrarán luego
de los anales de mi memoria.
Antes de matarte
y que te mueras
dime la necia excusa que has pensado.
Y luego de escucharte
no esperes mi piedad.
No es conmutable por la pena.
Sube al cadalso del adiós definitivo.
Nada dirás que pueda convencerme.
Antes de morir... dí lo que quieras.
Y luego muere para mí
una y mil veces.
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