Se empeñan en firmar sentencias
las alondras.
Golondrinas furtivas emigran
a balcones más calientes
y adornados
donde los geranios estrenan sus colores
y el sol los acaricia
sin dañarlos.
Se van las gaviotas marineras
buscando caídas de la tarde
en otras playas
donde la arena se reviste de la espuma
que juega al escondite con la orilla.
Se marchan las cigueñas hacendosas
a la búsqueda y captura de otras torres
para anidar su amor y en las alturas
hallar complicidad de compañeras.
Se van las aves.
Retornan a su vuelo libre y cíclico.
Tan sólo los gorriones permanecen
con su gris triste ...
también en su plumaje.
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