En tu lista de prioridades
nunca he sido la primera
y esperando que me ames
deshojo mis primaveras.
Si en otoño me reclamas
las hojas ya estarán secas.
Y crujiré, como siempre,
marchita bajo tu suela.
Fuimos verano hermoso.
Fuimos vida, savia, hierba...
y crecimos sin mirarnos,
como brotes de tormenta.
Nos encontrará el invierno
teñidos de madreselva,
enterrados en espinos
llorando nuestras miserias...
Recordaré lo que fuimos
y esperaré a que me quieras.
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