jueves, 3 de mayo de 2012

Que el tiempo nos apremia

Hagámoslo en medio de temblores.
Que quiero sentir la primavera
volviendo a renacer por mis rincones,
como una flor que se abre y que se estrena.

Hagámoslo bebiendo suavemente
del cáliz que los dioses nos vetaron
y el néctar del amor aprisionado
nos sirva de deleite y de condena.

Hagámoslo, que el tiempo nos apremia
como un fiscal perverso y arrugado.
De haber llegado tarde, nos acusa.
De ser testigos mudos de este atraco.

Pues robo ha sido el amor que se nos niega.
Secuestro a mano armada y sin embargo...
existe redención a nuestras culpas
que puede reducirnos tanta pena.

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