viernes, 4 de mayo de 2012

¡Qué más quisiera yo!

Qué más quisiera yo
ser roca firme
y llevar sobre mis hombros
el peso del amor sin ataduras,


y estrenar mis alas de hada fabulosa
sintiéndome la diosa Fantasía.


Qué más quisiera yo
ser un portal experto
atravesado de aventuras,
sin acceso restringido,
fuente de sabiduría,
aproximando mundos,
explorando carencias.


Qué más quisiera yo
ser mirlo blanco.


O un trébol regado de fortuna
perdido en la maleza.

O ser el cisne de plumaje negro
sin prisa por cantar su melodía.

Qué más quisiera yo
ser estrella fugaz en tu mirada.
O perla oscura de imposible forma.


O duende de deseos regalados.

Qué más quisiera yo
ser la cara oculta de la luna,
el último unicornio de la luz,


Dragón blanco de la suerte
y Fénix que retorne de su herida.


Qué más quisiera yo que ser
varita mágica encendida
o herradura que encierra la fortuna.
Y ser por tí más bella que ninguna
y me entregaras en tu juicio la manzana.


Al fin soy sólo aire, brisa quieta.
La gota que se ahoga
al borde de algún vaso.


Balón que juega con el aro
sin entrar jamás en la canasta...

Música enjaulada en el poema
grabado a fuego en mis instintos,


que pide corazón,alma y permiso
por ver la luz filtrado a duras penas...
y aún no he escrito.

Diseñando el dolor

Me gusta escribirme la tristeza
como un dibujo lánguido en mis manos.
Como unos ojos de brillo tan arcano
que en esa laxitud produce heridas.

Me gusta el dolor de cada letra
como un sauce llorón de lágrima caída
que roza su melena con la tierra
sembrando de la pena una semilla.

Me gusta cantar los versos tristes
que ocupan la amplitud de la palabra.
Como la flor sin tiesto se derrama
en un llanto callado y se marchita.

Me gusta hablar de ausencias y de mitos
que se hacen héroes al son de despedidas
y proclamar la muerte sin medida
que da el amor fugaz cuando se marcha.

Levedad..

Ya no quedan flores esparcidas.
El último pétalo voló
arrastrado por tu viento marinero.

El perfume de mi rosa
tan cautiva
se fue a llorar la lluvia
de tus besos.

Resplandece solitario el arco Iris,
partió la noche en busca de tus lunas,
se abrió la estrella en un suspiro
mirando tu sonrisa desde arriba.

Tronad como en un canto
de trompeta,
cielos rasgados por su ausencia.
Esculpid a fuego cada aurora
que no vean conmigo
los ojos del amado
que me nombra.

Yo quiero amanecer contigo,
liviana como ala de libélula.
Tan breve como breve es la amapola
que al aire que la roza
le habla trémula.

Yo espero murmurar tu gracia
y que no desaparezcas al decirte.

Que el sueño imposible es otra cosa
y yo a tí te disfruto en la mañana.

Recolecto el rocío en cada hoja
y asomo en tus ojos la esperanza
de verme convertida en tu alimento
si alguna vez descubres que me amas...


Frente a frente...

no sé... experimentando y éso. Sobre la marcha) eek


De frente… mirándome en tus ojos

delirantes…

Buscando algún resquicio,

lacerante…

que me haga vislumbrar un sueño muerto.

Desquiciante…

Te observo como halcón que otea

vigilante.

Penetro en tu mirada…

escudriñándote.

Espío entre tus grietas

por si hay vía de escape.

¿Qué hay de nuevo firme

y que me espante,

en la pupila oscura de mis miedos?

Los míos de los tuyos son reflejo.

Camino.

Introduzco en esa llaga un par de dedos.

Ahí estás tú.

A punto de explotar

en un te quiero.

Bebo tus versos

Te invito ,corazón, a ser guerrero
de ese amor que gritas y enarbolas,
blandiendo como espada de amapolas
las palabras que te tienen prisionero.

Admito que me arrastran tus mareas,
que soy mujer azul en el océano
de versos que entrelazan sutilezas
y buceo con deleite en ese piélago.

Me inclino como flor a tu ternura,
despiertas mil suspiros en tus dedos,
a modo de oración tus versos bebo,
henchida de placer por su frescura.

Recito uno a uno cada beso
que entiendo y me sugiere la lectura
como una amante fiel que en su locura
se lanza a la amplitud de tu universo.

Yo no te pido

Yo no te pido que me eleves
hasta el monte gris de tus ideas,
ni que me hagas habitáculo perenne
de tu amor incandescente.

Ni siquiera quiero que en tus lágrimas me lleves,
ni me encierres en tus ojos
como la mirada única y perfecta ,
o me ofrezcas esa luna a la que subes
para robar embrujos y destellos.

Yo no te pido que tus labios me pronuncien
y hagas de mi nombre la vereda
que recorran tus besos incansables.

No quiero ser el centro de tu pecho
ni las caricias inventadas de tus dedos.

No te pido "para siempres",
ni promesas de amor, como las novias.

Sólo quiero que un instante de tu luz
me pertenezca.
Que me dejes transmutar el diamante de tu piel
en gelatina,
en el momento breve en que mis ganas
sean la orden firme que te haga
sucumbir dócilmente a mi capricho.

Sólo quiero un segundo de tu vida.
Y luego... vete, vete.

Y yo me iré sin darte tiempo
a que me quieras.

Sin darme tiempo de quererte.

Génesis de una guerra


No andaba a cuatro patas ni rugía como un felino, así que no era un león a pesar de la larga melena que cubría su pequeña cabeza y le caía en suaves ondas oscuras hasta las rodillas. Su piel era tersa, como de nácar y sus ojos violetas brillaban con un destello de inteligencia que jamás vio entre sus compañeros del Jardín.
¿Qué seria? ¿Se podría comer? ¿sería venenoso?
Miraba extasiado a aquel ser hermoso y tan distinto al resto de animales, mientras un extraño aroma ponía en movimiento su instinto de macho. Se puso alerta. Aquella sensación era nueva. Diferente a todo. Como si presagiara cambios que alterasen su cómoda y sencilla existencia. Venían vientos de guerra, supuso. Una lucha por el territorio, quizá.
La intuición del peligro comenzó a anidar en su pecho y avanzó con más cautela. La desconfianza le hizo agudizar sus sentidos.
De pronto el raro animal sonrió deliciosamente mientras le tendía el fruto de un árbol y su pecho se hizo pequeño para albergar el corazón que latía con fuerza. Un sudor frío y nuevo bañó su piel y las piernas parecían no querer sostenerle.
Los ojos del intruso se clavaron en él intensamente, irresistiblemente, con una picardía sabia e inmesa. Casi incómoda y absolutamente incompresible para él.
El animal volvió a ofrecerle el fruto acercándose y sin dejar de sonreir.
Al fin lo aceptó sonriendo a su vez.
-Viene en son de paz -pensó él.


Si lo crearas...

Tal vez si recibiera un beso
en forma de poema o de alargada sombra,
sentiría
la pálida luz que orgásmica reside
en tu voz preñada
de sutiles tactos
inmortales.

Tal vez si ese beso se creara
de forma súbita, espontánea,
al cielo a mí me llevaría,
contagiada de esplendor
y en regalada aurora bailaría
al ritmo cadencioso de tus aguas.

Un beso, rescatado del abismo.
Allí donde se exilian los besos
jamás dados.
Refugio o muerte de los sueños.
Murmullo ágonico del alma
que espera siempre
y siempre añora
aquellos labios que nunca han sido.

De qué sirve el amor
si es un fantasma.
Pletórico de entregas infundadas.
Tu beso y el amor son espejismos.
La sed que tú me das
me seca el alma.

Las dos.


Julia se miraba al espejo. Se veía hermosa y joven aún, aunque alguna cana despuntaba en su cabello rojizo y a su rostro se asomaba alguna arruga, leve aún gracias al mimo que ponía en el cuidado de la piel. Sin embargo seguía siendo invisible para él.
Observó sus hombros anchos y redondeados y los acarició como él jamás lo hacía. Bajó los tirantes del vestido, despacio, recreándose en el acto, como quien mira un cuadro sin querer dañarlo con los ojos, dejando que cayera al suelo como un alma desprendida de sus sueños.
Miró su cuerpo lleno de curvas, protegido aún por la ropa interior. No era perfecto. Nunca lo había sido. Sus tres hijos-dos de ellos mellizos- se habían encargado de modelarlo y darle volumen. Pero más de uno había suspirado por tenerlo. Por tenerla a ella. Más de uno hubiera querido rodear aquellos pechos generosos, como ella hacía ahora.
Cerró los ojos dejándose llevar por las sensaciones que despertaban sus manos deslizándose con una caricia larga, lenta y prolongada, por su cuerpo maduro, pero vivo aún. No estaba muerta, aunque él la hiciera sentir así, con sus desmanes que la ninguneaban hasta hacerla desaparecer en aquella aureola de superioridad que lo rodeaba a él, ignorándola.
Se convenció a sí misma de que aún podía sentir, que su piel aún emitía música hermosa si se sabía tocar las notas exactas. Pero le faltaban dedos magistrales que quisieran hacerlo.
Juan apenas la tocaba.
Cuando las amigas hablaban de la fogosidad de sus hombres, ella se limitaba a asentir y sonreir con tristeza. Se llegaba a plantear si tal vez su hombre no era igual al resto. Quizá era un tópico aquello de que el varón estuviera siempre dispuesto. O puede que el suyo careciera de aquel instinto animal del que tanto alardeaban los varones. Si se trataba de éso no podía menos que lamentarse de su suerte. Pero si fuera así... ¿por qué le había sorprendido varias veces "consultando" páginas en internet de chicas en actitud erótica o por qué se le iban los ojos tras las jóvenes con las que se cruzaban por la calle?. Aquello sólo podía significar una cosa: que era ella la que no despertaba deseo en él. Que había dejado de ser atractiva.
Entonces se sentía fea, deforme, vieja. Una ruína de lo que fue esplendor y frescura. Y una infinita tristeza la abrazaba como el amante más cruel y humillante.
La indiferencia lacerante de Juan le creaba inseguridad y desprecio por sí misma. La hacía sentir como un trasto olvidado al que alguna vez se arrimaba para recordarle qu aún era su dueño. En aquellas excasas ocasiones él se mostraba generoso, es cierto. Pero jamás le había hecho sentirse especial, única y hermosa.
Julia se tocaba con tristeza. Casi con miedo. Y se percató de que las lágrimas mojaban sin piedad su rostro contraído por una mueca de dolor inmenso que la desgarraba como tantas veces.
No era igual. Jamás podría ser igual que el contacto cálido del hombre al que adoraba.
Sintió verguenza y tomó su vestido del suelo en un gesto rápido. Se lo puso sin atreverse a mirar en el espejo su rostro ruborizado y se secó las lágrimas mientras se dirigía a la cocina.
Ya eran las dos.

Mama ¿qué es violar?


Queridos buhonautas (mejor así, no sea que se me acuse de plagio) biggrin:
¿Cómo se le explica a un niño de 7 años qué es violar? eek
-"Mamá... violar ¿qué es? eek- me pregunta mirándome con sus ojos limpios y espectantes. Porque toda pregunta exige una respuesta, claro. Y ahí es cuando mamá traga saliva, se arma de valor y busca fórmulas ciertas adaptadas a su comprensión. Ningún niño debe encontrar desierto en sus inquietudes... aunque el adulto consultado pase por auténticos apuros.
-"A ver, nene... ¿cómo te explico...? Violar es obligar a alguien a hacer algo contra su voluntad. (glubs!) o también, por ejemplo... violar la ley, es hacer algo contra la ley. Algo que no está permitido". (sudores fríos y garganta seca).
Mamá piensa que ha salido dignamente del atolladero y respira satisfecha.
Lander se me queda mirando otra vez con esos ojos oscuros rebosantes de inocencia conmovedora, procesando la información y al fin contesta.
-"¡Vaya! Yo creía que violar era besar a una chica o casarse con ella a la fuerza..." eek
Más cerca de la verdad... imposible (teniendo en cuenta que más allá de los besos no existe mucho más para un niño de 7 años)
Y es que los niños... son pequeños. Que no tontos. wink

Yo soy Bea


Queridos feonautas:biggrin
Como soy cíclica (¿debería decir ciclotímica?) Pues éso. Que entro en una espiral... y me enredo con mis principios y mis finales, incapaz de seguir el camino exacto que me saque del laberinto. No sé si al final me encontraré con el Minotauro o conseguiré escapar sana y salva. No sé si tendré que enfrentarme a él o encontraré antes la salida.
El "innombrable" me sigue causando un efecto huída. Vuelvo a escapar de mí misma. Cansada quizá. No sé. Soy la mujer de eternos retornos... por éso no me sorprendo de nada.
Me conozco tanto que nada de lo que ocurra tiene olor a nuevo.
Es sólo un pequeño retroceso en el aprendizaje. He vuelto a pasar por la misma galería del dédalo. ¡Y mira que me ocupé de señalar el camino con el hilo de Aracne! Y aún así me encontré otra vez pisando el mismo suelo. Resbaladizo... peligroso.
Sólo tengo que retroceder. No hay problema. Volveré a secar lágrimas. Volveré a leer el libro de instrucciones. Ser fuerte es uno de mis retos. Hacer lo que quiero y no lo que debo o lo que se espera de mí, otro.
¡Qué extraña es la vida, feonautas! ¡Qué complicada nos la hacemos!
Aquí estoy: como una Bea cualquiera. Intentando asir las bridas de mi tiempo.
Sólo que a veces el caballo se me desboca.


Cuestión de peso


Es curioso... hace menos de un año odiaba mi vida, pero me gustaba mi aspecto. Hoy me he reconciliado con mi vida... pero me cabreo seriamente con la imagen que me devuelve el espejo.
Había conseguido librarme de unos kilos que yo consideraba de sobra y logré meterme en una talla menos.
Algunos me hacían ver que mis pómulos exageradamente pronunciados y mi rostro escandalosamente hundido no me favorecían nada... pero yo sólo era capaz de ver que mi tripa había bajado de forma considerable y que mis brazos ya no parecían los de un luchador de Sumo.
Y lo logré a base de café, agua y tabaco. Ésa era mi dieta. No por voluntad propia, he de decir. Sino porque mi organismo no aceptaba nada más. Hasta el punto que una sola cucharada de yogurt me provocaba el vómito. Sencillamente no me entraba.
Hace menos de un año... mi futuro era tan oscuro como una película de Hitchock y en alguna ocasión la sensación absoluta de vacío vino a dar con mis huesos en el suelo en plena calle.
Pero mi vida dio un giro. Bien es verdad que me lo trabajé. Que un mecanismo interno se puso a funcionar y las aguas volvieron a su cauce. El dolor comenzó a remitir... muy muy lentamente.
Empecé a quererme de nuevo. Me propuse metas cortas que fui consiguiendo... y a medida que la normalidad me envolvía con sus brazos de tímida seguridad en un principio y afianzándose más tarde, los kilos fueron retornando a su lugar y el apetito volvía a condenarme a mis lorcillas de siempre.
Hace un año creí que me moría. Es más... me dejé morir.
Hoy... he recuperado mi peso.

Escultura del adiós

Lágrimas pintadas
con el pincel del olvido.
A golpe de martillo,
la esperanza derrumbada.

Con cincel vago esculpido
mi dolor adquiere forma,
barnizado de suspiros,
a la sombra de tu sombra.

Triste monumento al adiós,
al fin de todas las cosas.
Rúbrica del autor
que culmina así su obra...

Tu me miras

Tú me miras buscando una respuesta.
Interrogas indagando en mi mirada
por si ves algún indicio
que me aleje de tu amor.

Aunque busques... no encontrarás nada.
No hay fantasmas que puedan apagarte.
No hay miedos que ensombrezcan estos años.

Para mí sólo hay un hombre de retornos eternos,
aunque lance a la deriva alguna barca.
Aunque estalle la ilusión a borbotones,
con su canto de sirena y me abra cerraduras oxidadas.
Aunque sea hermoso repetir alguna escena
de la obra clausurada en el pasado.

Tú me miras esperando algún indicio
que oscurezca la visión y pierda brillo
el tesoro que entre dos desenterramos.

No te canses intentando ver cansancio...
Tú me das la luz de cada día.
Nada opaca tanto amor cuando es más fuerte que la roca.
Cuando sólo entre tú y yo está mi mundo y a él me entrego.

Baja si quieres al abismo más profundo en mi memoria
y hallarás un magma aún incandescente,
pero es mi voluntad la soberana
y hace tiempo decidió que sólo un cráter
podría hacerme supurar mi lava.

Tu me miras y tus ojos son mi ocaso.
La única fisura que me quiebra.
El único creador de mi universo.
Mi única apuesta cada día.

Himno a la utopía


Entonaré un himno de azules esplendores.
Retozaré feliz mirando el lado bueno de la vida.
Encontraré el motivo que nos une
y el sol retornará a nuestra mirada.

Las glorias del amor y sus hazañas
serán cantadas sin rubor en nuestras plazas,
vendrán alegres los frentes torrenciales
y traerán los ignorados sus perfiles más amables.

A tí te cantaré como la alondra,
ofreciéndote a la sombra de araucarias
la risa más feliz y mis amores
que asoman como luz y me amanecen.

Será nuestra eclosión de flores y arcoiris,
como un apocalipsis incruento,
renaciendo primaveras de colores,
despertando a los niños que fuimos y seremos.

Hablar de amor se vuelve obligatorio,
prohibidas quedarán las amarguras.
El llanto dormirá su sueño eterno...
No habrá más soledad que la buscada
y la pena huirá al exilio sin regreso.

Trepemos de la mano a la utopía.
Alcemos a los sueños nuestros brazos.
Que yo ya me he mudado a la alegría
y aún queda espacio libre en este barrio.

Destierra la cordura.
Atrévete a vivir un mundo loco
donde impera la absurda fantasía
de que aquello que soñamos algún día
vendrá a salvarnos del presente y de nosotros.


Flaquezas


¡Cómo dolió, mi amor, el tono de tu voz deshilachada!
Fue un desgarro de ironía triste,como de quien empieza a decir adiós desde muy lejos.
Dolió… pero no más que aquellas veces
en las que fui yo quien se marchaba al rincón oscuro de la pena.
Pero ¿viste? Regresé antes de que tu deseo se exiliara
al país de las oportunidades perdidas.
Te regresé como un milagro… ahora que al fin te tenía en el plano gris en que tantas veces fui turista
y exploré arrastrada por tu fría indiferencia.
Fue sólo un instante. Suficiente para ver que también tú
eras capaz de sentir desolación y tal vez miedo.
Al fin comprobé que eres humano.
Y volviste a mí como un torrente de pasión para abrazarme
y hablaste desde esa esfera que apenas reconozco.
“Quiero verte gozar”-decías-“Quiero ver cómo gimes y te arqueas”.
¡Te descubrí tan mío entonces! ¡Tan de carne generosa y entregada!
Y yo-que ya te amaba- te amé hasta el universo del deseo.
Me hice sombra recortada en la penumbra de tu cuerpo,
como una imagen chinesca en el teatro de la cama.
Interpreté para ti la obra de tus manos.
¡Autor de amor que tan buena actriz me haces…!

A solas...


Me recorro el sendero
que has trazado.
Repaso cada surco
dibujado
por tus dedos en mi piel
y de nuevo me enamoro...
me estremezco al recordarlo.

Abrazada a la secuela
que es tu ausencia
reinvento las caricias
sin tus manos,
autoras del placer y la ternura.

Imposible es el plagio
de tus besos.
Inútil pretender que
-estando a solas-
podría replicar aquel contacto
que hiciera mi deleite
tantas horas.

Te sueño y no alcanzo
a poseerme,
ni tiene la virtud
mi fantasía,
para reproducir tu tacto
tan amado,
para poder llevarme
a la locura.

Son tus dedos,
de sabia maestría,
los únicos capaces
de arquearme.
Rechazo imitaciones
y aún espero
encontrarte camuflado
en las yemas del deseo
que enciende mi pasión
y que me anida.


... Pero puede ser...


Seré...
la ola breve
que llega a tu orilla
dibujando sonrisas
de espuma.
Seré...
la suave brisa
que despeina tus cabellos
y te besa dulcemente,
generosa de caricias.
Seré...
la cálida llama
que ilumine tus sueños
en mi abrazo tibio,
enamorado.
Seré...
la fértil tierra
en la que siembres
los brotes del amor
y te de vida.

Pero puedo ser...
Tsunami que arrastre
mar adentro la alegría.
Tormenta brava
que borre tu altivez
y tu osadía.
Incendio que devore
cada uno de tus sueños.
Áridos campos que maten
los más sólidos tallos
de tu orgullo
y la enhiesta vanidad
que hay en tu hombría. 

En mi jardín...


Es un poco cursilón... pero miraba mi entorno... me sentí tal que así. biggrin
"I have a dream..."


Yo tengo un sueño...
pero no recuerdo cual.
Miro mi jardín de invierno
y veo brotar las rosas
azules, blancas, hermosas,
frágiles como el cristal.

Me concentro en las hojas de aloe...
Respiro hondo el aroma a jazmín...
Me abraza la madre selva
y los setos espigados...

Florecen geranios y pacíficos,
margaritas y azaleas.
Hasta los cactus florecen
junto a rosas y violetas.

El cedro del líbano crece
hermoso junto a los pinos
y la araucaria se eleva
hiniesta y me sombrea...

Veo jugar a mis niños
rodeando la palmera.
Ríen, saltan, corretean...

Miro mi casa bella
que a trote lento va al cielo
y el césped de verde intenso
que la mima y la bordea.

Yo sé que he tenido un sueño
y ya me acuerdo cual era...
No había jardín de invierno,
sino eterna Primavera.

Náufraga




Yo no sé si alguna vez
tú has sido tan pequeño
como una gota de agua
perdida en el mar inmenso.

Yo no sé si te has sentido
mota de polvo herido
en las dunas del desierto,
o soplo de aire inhalado
como un suspiro de viento.

No sé si has sido una chispa
en las llamas del infierno
o palabra acomplejada
formando parte de un verso.

Yo no sé si en un momento
has llegado a ser brazada,
nadando a contra corriente
en oleaje de sueños

O tal vez la nota errante
que buscó una partitura
cantándole a la ternura
como música de amantes.

Pero yo sí he sido mar 
encriptado en ojos navegantes,
y espejismo en el oasis
de tus labios rapsodas,
y fuego escondido en tu cielo camuflado.

He soñado poemas
buceando en tu marea,
y entoné la octava sísmica
de tu canción marinera.

No sé hasta dónde habrás amado...
Pero yo soy flatua mágica
de corazón asfixiado
por tanto decir te quiero...
por tanto sentir que amo.

Y he sido vuelo náufrago 
sin brújula ni estrella
y ya no sé hasta dónde llega
-amor-
mi amor ahogado.

Cristal y junco


No cambio nada.
-Ahora no-.
Ni siquiera el esplendor
sobre la hierba
me causa envidia
ni nostalgia.
El tiempo es un verdugo
¿quién lo duda?
Volverlo un aliado : Ahí está el truco.
Y aunque duren poco sus afectos
-y su fidelidad sea discutida-
se puede sobornar con mil regalos
para que nos dedique una sonrisa.
Nos da la complacencia con la vida;
paciencia, libertad, sabiduría,
a cambio de la nieve en nuestras sienes,
el lento caminar...
y alguna herida.
Prefiero ser andamio de experiencia
a sueño juvenil petrificado.
Y ser junco que al viento no se quiebra
a esa levedad de ser
cristal fugaz e ilusionado.

Recordaré (canción)


...si alguna vez encuentro la música...


...Y te esperé
abrazada a la espuma del mar.
Y fui niña de arena
conversando con mi soledad.

Pidiéndole a la tempestad
que tú me quisieras querer,
que tus vientos arriben a mí
en un barco de frágil cristal.

Me quedaré
vacía de espacios sin ti.
Recostada al abrigo del sol.
Abrochando sonrisas al mar.

Recordaré
la sirena de luna que fui
y hoy, varada en un charco de amor,
lloraré lágrimas grises de sal.

Trepanaré
el silencio de mi soledad
y no volveré
al lugar donde ayer quise ir.

Incrustaré
caracolas en mi pedernal
y asumiré
la dureza que anida en mi piel.

Comprenderé
que los sueños no pueden volar
a tu playa de invierno sin luz,
a tu voz que jamás fue verdad,
a la sombra que al fin eres tú.

No llores la tarde...


No llores la tarde
que te nombra
con el murmullo de una queja
por el tiempo que has pasado
amando y pretendiendo
ser lancero
de una reina de paja.
No te vistas de su sombra
gris, de opacas musas
y que se asoma
a mi piel sin piel,
púas sin rosas,
humo sin fuego,
sueño y nada.
No llores la tarde
que no dijo te quiero,
tal vez se quedó muda
y es el espejo
de un alma que dormita
y tiembla de dolor
por tanta ausencia.
No llores más la tarde,
que ya te olvida
y se torna noche oscura
y rumor de sueños.
No llores la tarde...
y besa la vida.
Que mañana amanece
con la sonrisa
y la luz dibujada
en la grieta del mundo,
naciendo mil veces,
atropellando el miedo
en tu mirada...

Así será...


Así será,
si no quieres
ser poema.
No transmigrará mi alma
desde tí
hasta mis letras.
No diré que tanto habitas
mis rincones más secretos
que ciego el corazón palpita
a tientas del amor por sus senderos.
No abriré la puerta
al paraíso.
No me enfrentaré al ángel
pendenciero
que insiste en expulsarme
-espada en ristre-,
de aquel jardín que ocupa
tu universo.
Así será.
Ya que amordazas e invitas
al silencio,
me uniré a los poetas
que reclaman
a Dios una respuesta
y se proclaman
del cielo soñadores
y habitantes del infierno.

Al primero...


"Es la historia de un amor como no hay otro igual..."



Aún siento tu mirada caliente
en mi mirada.
Aún tu aliento se mezcla con el mío
a un milímetro apenas de mi boca.

Pero quisiste ser la roca
que la furia de mi ola no abatiera,
aquella que Becquer describiera
de forma tan certera y tan hermosa.

Cuando ya los imposibles me habitaron,
te abriste paso como una intrépida sombra.
Y ahí estabas, dispuesto a conquistarme...

Ladrón del amor más exquisito.
canalla al que yo tanto quisiera...
aún revuelves las tripas del recuerdo,
aún te sueño... aún me dueles...



Plasmomitosis


Tal vez debiera
la fatalidad visitarme
para darme un poema
plagado de soledades
y esparcir por el aire
mis desvelos y miserias.
Tal vez, llevada por la pena
tendría que desnudarme
a golpe de pluma y papel
y dejarme hasta la piel
desgarrada y malherida.
Tal vez debiera no ser feliz
y hacer del llanto poesía,
si es que mi simple vida
me diera motivo y canto
para expresar el dolor
derramándolo en la lírica.
Mas...¿cómo habré de hallar belleza
si el dolor me da pereza
y a la alegría me aferro
y es la fuente de mis letras?

¿Cómo callar la musa
que a mis dedos se encarama
y de la risa a la cama
salta alegre y se desliza?
Pues no debo tener prisa
por hacer hueco a la pena,
mientras corra por mis venas
la sangre de la sonrisa.
Y no es que monopolice
la virtud de la alegría,
pues bien sé que algunos días
me consume la tristeza.
Sólamente reivindico
mi derecho a hacer poesía
riéndome a boca llena,
porque así me siento plena
y en verso plasmo mi dicha.

Camuflada


Para la posteridad
quizá mis versos escribo,
aunque a sabiendas olvido
que a nadie más le interesa.

Soy sólo un trozo de alma
perdida entre mil millones,
¿y quién desde sus sillones
a leer mis letras para?

Perdida pues la esperanza,
tan sólo queda escribir
para intentar redimir
los demonios que me alcanzan.

A propósito del fin
justifico yo los medios
-y aunque quede sólo en sueño-
en mis versos me derramo
y en mis poemas reclamo
un espacio muy pequeño.

Aquí me tenéis prendida
en la esquina de la luna.
En las sombras escondida.
Apenas yo... y mi pluma.

Torre de Marfil


Me supiste rota
y -en silencio y sin saberlo-
mi alma de cristal recomponías.

Descubrías el secreto de mis miedos,
y esculpías un nido de alabastro
para recoger los restos
infames de la diosa.

Tan frágil es la piel de mariposa,
-tan absurdamente nítida y maleable-
que al roce del dolor se transformaba
en ídolo profano en que mofarse.

Mas tú guardabas cada rosa,
-deshojada sin pudor y sin coraje-
para reconstruir jardines de caricias
donde pegar mis trozos y abrazarme.

Con mimo ilimitado y tiernamente
has hecho para mí una sutil torre.
Allí me esconderé como del frío.
Allí me dormiré siendo un suspiro.
Un alma pequeñita que intenta perdonarse.

En busca de la aldorza perdida


Rescato una entrada del foro donde Roob, Malixendra, Don Pelayo y otr@s compañeros búhos nos divertimos tanto.
Renovado y retocado... y con la misma ilusión que cuando jugamos al quijote. biggrin

Mucho candor ofrecéis
vos, cuyo nombre os delata...
y tras tan larga bravata
mejor es que lo dejéis.
(Así digo a Malixendra
bruja ingrata y dama infiel
que me quiso arrebatar
el amor de hidalgo apuesto,
enfrentándome con él)
¿Cómo osáisme disputar
(aunque fuí yo quien propuse)
el amor de don quijote?
¡Provad mejor Dartañán,
que pienso quedó vacante
tras fracasar con JULIETE!
y resulta más galante.

No pienso menospreciar
la su tan gran cortesía,
pues de cortesana va
quien de princesa presume.
Mas por disputar los dones
del amor que nos ocupa,
prefiero levantar lanza,
enagua y hasta pololos
y dejar de hacer el bobo
fingiendo ser dama casta.
El amor ha de ser loco,
intenso, ardiente, fogoso
y dejar tanto sonrojo
para tibia adolescente.
Hidalgo mío... mirad...
¿aún vuestra alma no siente
mi corazón que palpita
ansioso por tantas cuitas
de la pasión más latente?
Pues prendido a vuestra lanza
ya llevásteis mi pañuelo,
recordad que fuí primero
a quien prometísteis chanza...

En busca de la aldorza perdida


Rescato una entrada del foro donde Roob, Malixendra, Don Pelayo y otr@s compañeros búhos nos divertimos tanto.
Renovado y retocado... y con la misma ilusión que cuando jugamos al quijote. biggrin

Mucho candor ofrecéis
vos, cuyo nombre os delata...
y tras tan larga bravata
mejor es que lo dejéis.
(Así digo a Malixendra
bruja ingrata y dama infiel
que me quiso arrebatar
el amor de hidalgo apuesto,
enfrentándome con él)
¿Cómo osáisme disputar
(aunque fuí yo quien propuse)
el amor de don quijote?
¡Provad mejor Dartañán,
que pienso quedó vacante
tras fracasar con JULIETE!
y resulta más galante.

No pienso menospreciar
la su tan gran cortesía,
pues de cortesana va
quien de princesa presume.
Mas por disputar los dones
del amor que nos ocupa,
prefiero levantar lanza,
enagua y hasta pololos
y dejar de hacer el bobo
fingiendo ser casta dama.
El amor ha de ser loco,
intenso, ardiente, fogoso
y dejar tanto sonrojo
para tibia adolescente.
Hidalgo mío... mirad...
¿aún vuestra alma no siente
mi corazón que palpita
ansioso por tantas cuitas
de la pasión más latente?
Pues prendido a vuestra lanza
ya llevásteis mi pañuelo,
recordad que fuí primero
a quien prometíste amores...

Sin título


Me espanta el olor a humo de mi alma.
Su color oscuro apaga el arcoiris
que soñé que la habitaba...

Seca y huera llora sin lágrimas
porque no sabe, no puede, no quiere
restaurar los pilares seguros
que acaso sostenían su mundo
macizo, inconmovible...
Se retuerce el paño áspero
de mis entrañas
y escurre así la dignidad
que le sobraba.
El mar ruge como un pirata furioso,
reclamando su parte a mis esquemas.

Huye o se queda -aún lo está pensando-
y consulta vacilante a las estrellas...

A todas mis fresas (continuación)


Al margen de lo humanamente aprendido, también estoy enriqueciendo mis conocimientos “técnicos”, no creáis.
A ver, por ejemplo: ¿sabíais que hay tres tipos básicos de fresas? A saber: Candonga, Cama Rosa y Festival. (además de sus variantes hidropónicas, que no tengo ni idea de qué puñetas es … pero queda genial).
La Cama Rosa es la fresa más común, de un rojo intenso y con forma de lengua. La Candonga es redondita, de rojo vivo y muy coqueta ella. Y la Festival es la más feúcha. Con forma alargada, de un tono rojo parduzco y la más resistente de todas.
Esto es de� manera genérica… porque� luego ya la madre Naturaleza se encarga de darles formas caprichosas hasta el punto de que alguna parece cualquier cosa menos una fresa.
Cuando la fruta llega a nuestras manos comienza lo que básicamente es la manipulación. Es decir: manosear (con guantes, eso sí) las tarrinas que nos llegan del campo e iniciar la purga de la fresa.
Hay que revisarlas bien, quitando las feas, las espachurrás, las podridas… (¡Ay si yo os contara la fauna que se encuentra una!) Esta fruta chuchurría va a parar al “estrío” que son cajas donde se recoge la fresa que ira para la industria. Básicamente su destino son yogures, batidos, helados… ¿hace uno?
�Luego se procede a lo que viene a llamarse “acostar la fresa”. Osea, a tumbarlas pieza por pieza de manera que el rabito verde no quede a la vista y dejar de cara la parte más lustrosa del fruto.
Si el cliente es “especial” las tarrinas deben ir “acareadas”, que consiste en acostarlas todas hacia el mismo lado, quedando la mar de coquetuelas. Esto es muy entretenido y se pierde mucho tiempo. Afortunadamente no es lo habitual.
En ocasiones hay que ponerles tapas a las tarrinas… y eso sí que es puñetero. ¿Alguno pensaba que de las tarrinas cerradas se encargaba una máquina? Ya os digo yo que no. Conseguir que la puñetera tapa encaje es todo un arte… y bueno… para qué os voy a contar los sudores que paso bajo el gorrito de rejilla… La mayor parte de las fresas saltan hacia fuera cuando intento acoplar la condenada tapa…
Volviendo a la fauna… hay gusanitos mil. Pequeños y verdecillos ellos… que acaban en las manos de Cristina, la coleccionista de gusanos. No le pregunto qué hace con ellos… no sea que me responda con una receta culinaria y acabe con las tripas revueltas.
También hemos encontrado alguna lagartija y salamanquesas varias. Os podéis imaginar el griterío que se forma… Por fortuna contamos con la inestimable presencia de Ovidio, un rumano alto como una torre que es el encargado de salvarnos de las fieras ocultas entre las cajas.
Luego están los mosquitos. Ninguno baja de los dos centímetros. Levantas una fresa… y ahí están los malditos, agazapados, esperando sigilosos el momento oportuno de lanzarse a tu cuello como vampiros hambrientos de sangre. Te atacan sin piedad… y acabas con picores por todo el cuerpo, la cabeza, el escote, los ojos… en fin… que manipular fresas es lo más parecido a un safari o a un deporte de� riesgo.
To be continue…. (o no, ya veré)


Pienso en tí


Pienso en tí como en el águila
que anida versos en su alma de poeta.
Ave rapaz que -sueño- acecha
mi rincón de hielo enamorado.
Y has volado tras de mí, como promesa,
o al menos así pinto la ilusión
de verte, alado,
sobre la esquina temblorosa de un poema.
Pienso en tí como en la arena
donde pasean hoy mis pies descalzos,
borrando tras de mí todas las huellas
haciéndome invisible y sin destino.

Es mío este camino sin estrellas,
donde el hilo del amor es un arcano
y sólo la intuición me guía a ciegas.
-El alma y la razón- mano con mano.


Caricias


Caricias.
A cambio de ser voluntariamente perfecta.
O casi.

Caricias.
Prometiendo sobre el libro sagrado de las sábanas
no volver a los retornos agrios
ni a huracanes sin cadenas.

Caricias.
Porque sé que merece la pena
luchar por quien se quiere
y no cuesta limar olvidos
ni sembrar sonrisas.

Caricias.
Porque me las he ganado a pulso.
Porque amo.
Porque la vida es un suspiro
y no quiero malgastarlo en penas.

Caricias.
Porque las merezco.

Caricias.
Porque sé que guardas muchas
en tus manos.

Ójala


Ojalá que el aire me bastara
para reconocerme y estar viva
y que las huellas de mis pasos me sobraran
para encontrar mi senda y mi destino.
Ojalá que el agua me calmara
y no necesitase más que el vino
para perderme sola al embriagarme
zigzagueando ebria mi camino.
Ojalá que el pan me fuera suficiente
para llenar mi cuerpo hasta saciarme
y en el pecado de la gula condenarme
sin mayor vicio ni placer que a mi me tiente.
Ojalá te amase un poco menos.
Sin esta desazón desorbitada.
Sin la necesidad de saber que cada día
tú eres mi pan, mi vino... mi agua.

¡¡Hombre!!

Hombre nacido para quererte.
Hombre de dulces ojos
y manos fuertes.

¡Ay, hombre que con tus besos
haces que el mar se encrespe!
Y van tus dedos-veleros-
por las olas de mi vientre,
abriendo tibios senderos
dando a mis miedos la muerte.

Hombre que esculpe sueños
sobre mis ríos y fuentes.
Agricultor, jardinero,
recolector de los frutos
que en mis poros reverdecen.

Memorizas los rincones de mi piel
y entre sus pliegues
escribes recto el camino
desde mi cuello a los pies
cual devoto peregrino.

Asciendes hasta la cima
donde se oculta el deseo
y te coronas mi hombre,
-intrépido pionero-
cuando mi plaza entregada
colonizas con esmero
y suavemente repasas
las bajas de tus amores.

Te doy mis llaves, rendida.
Hombre que hieres de muerte
las praderas florecidas
de mi cuerpo amanecido.
Hombre que asaltas furtivo
mi corazón y sus dones.

Pues-ya sabes que me tienes-
mi bastión enloquecido
se rinde a tus condiciones
derrotado e impotente,
desterrado a tus prisiones.

Hombre de mi presente,
que en mis muslos te has curtido.
Hombre que me has vencido...
¡¡Yo nací para quererte!!.

A todas mis fresas


¡Qué impotencia!- Y los ojos de Cinta reflejaban exactamente eso. Por primera vez desde que la conozco el rostro hermoso de esta mujer expresaba una tristeza infinita. Me conmovió su gesto abatido. Ella… que es una explosión de vida. Un volcán de alegría.
Cinta tiene esa belleza bruta que avasalla, que puede con todo. Es una mujer grande en todos los sentidos. Un físico poderoso y un vozarrón que enmudece el mundo alrededor.
- Y el trato vejatorio…- apostilló Lola con un brillo apagado en sus ojos verdes.- Te tratan como una mierda. No eres nadie para ellas.
“Ellas” son “las de arriba”. Las jefas. Las que tienen el poder. Las que deciden. Las que saben que las mujeres están a su merced porque este trabajo de mierda es el pan de sus hijos.
Paseo la mirada por todo el comedor y observo los distintos rostros que mueven deprisa las mandíbulas, en la media hora que tienen para comer. Con suerte les dará tiempo a fumarse un cigarrillo después, antes de volver al trabajo cansado y monótono. A la orden de Catalina ,la encargada, una mujer pequeñita de unos cincuenta y tantos años,(“vaaaaamoooos”) todas volverán a sus puestos, obedientes, a mover los dedos lo más rápido que puedan. Aguantarán sus ganas de ir al baño (porque saben que les apuntan los minutos que tardan), no hablarán mucho… porque hay cámaras que vigilan, cuando no son “las de arriba” quienes directamente se asoman a la ventana que comunica las oficinas con la nave, y se ponen tiesas como estacas, asegurándose de que las acojonan lo suficiente como para que no dejen de mover las manos manipulando fresas. Entran ganas de decir aquello de “por favor, no den de comer a los monos”. Porque esa es la sensación que dan. Observadoras curiosas de la jaula de los monos que hacen monadas abajo.
Las mujeres tienen una palabra clave para alertarse entre ellas cuando alguna de las de arriba hacen acto de presencia: “Tormenta”. En el instante en que alguien pronuncia esa palabra todas las cabezas se agachan y el mutismo se establece como un código. Todas a currar calladitas como en el cole… que viene la seño.
Me siento un poco intrusa entre ellas. Sobre todo cuando aseguran que si sus maridos ganaran 1200 euros al mes no estarían ellas manipulando fresas y aguantando las injusticias de “las de arriba”, ni el dolor de espalda, ni los insufribles mosquitos (que son como caballos), ni las reacciones alérgicas, ni los picores…
Mis ingresos doblan con creces esa cantidad y sin embargo estoy aquí... buscando una pequeña ayuda para aportar en casa, porque los estudios de la niña nos van a desbaratar el presupuesto. Si a mí me cuesta...¿cómo demonios hacen estas mujeres para llegar a fin de mes? Vale que yo tengo cuatro hijos y el sueldo debo dividirlo entre seis… pero muchas de ellas también tienen familias numerosas.
No es que me avergüence… eso nunca. Pero me enseña el valor de las cosas. Aprendo de otra realidad que, por la razón que sea, sólo conocía desde afuera.
Sí…aprendo muchas cosas cada día. Y doy gracias por esta bendición que ha supuesto para mí acercarme a este otro lado que no había pisado y me resulta tan nuevo..
Miro a Elena… en su rinconcito. Masticando apresuradamente. Con el pensamiento vuelto hacia su Rumanía natal. Cuatro años fuera de su mundo. Conoció aquí a su marido y se quedó. Aunque él sea español… ella sigue siendo una extranjera fuera de sitio. Elena es maestra. Educada, dulce hasta el extremo. Tiene sólo cuarenta y dos años… pero su rostro está marcado por arrugas profundas. Marcas de una vida difícil que la ha hecho envejecer prematuramente.
Más allá Hathina y Aysha apuran su menú exento de cerdo, naturalmente. Lucen su consabido pañuelo y sobre él el gorrito blanco de manipuladoras. Cerca, Abdhull, Abdhyll y Mohamed han terminado ya su almuerzo y apuran la lata de cerveza. (¿cerveza? ¿cómo era aquello de que un musulmán no podía consumir alcohol?) Está claro que la gente “normal” lo es en cualquier confesión e idioma. Y después, si hay tiempo, el porrito en la calle, donde las polacas y la checa prefieren comer, haga frío o sol de justicia.
Shaska, Goskha y Anieshka… (o algo así). Ésta última es la simpatía pura. Con una cara redonda y coloradota , chapurrea bastante bien el español. Aunque la palabra que mejor le sale es “mammonnnna”. Y la dice así, inflando mucho los mofletes y enfatizando la “n”.
Yvanna, la checa, prefiere decir “coñññio” … y se ríe cada vez. La repite una y mil veces, orgullosa de su “extenso” vocabulario español.
Yvanna tiene un aspecto absolutamente masculino. De hecho, la primera vez que la vi pensé que era un hombre. Muy morena, entrada en carnes, con el pelo muy corto y un look rapero. Pantalón a media pantorrilla, chaqueta de chándal, gafas oscuras y gorra de visera. Las malas lenguas la llaman “el hombre de la nave”. Pero Yvanna tiene una voz dulce como un ruiseñor, y su cara se ilumina con una bella sonrisa cuando le das los buenos días o le deseas buen provecho. Es divertido escuchar su forma de expresarse en su escaso español unido al lenguaje de los gestos.
Y luego están las niñas. Insultantemente jóvenes y monas ellas. Son “la Yesi”, “la Alba” y “la Sarai”. Ellas se aíslan un poco. Comen apartadas para charlar de sus cosas. Y, si hace sol, lo hacen afuera. Se levantan la ropa y dejan su tripita al aire para pillar moreno antes que llegue el verano. Ni que decir tiene que a los tres moros se les ponen los ojos a cuadritos y las rondan como abejas a la miel.
Es divertido oir a Catalina llamando a Mohamed.
“¡¡Rubioooooooooooooo!!, ¡¡ven pa`caaaaaaaaaaaá!!”.
Mohamed es moreno como un churrasco. Muy joven y guapo el jodío. Aunque le falten varios dientes. Pero si mantiene la boca cerrada conserva su atractivo intacto.
Su piel oscura llega a tomar un tono sonrosado cuando Cinta le suelta una de sus múltiples burradas. Pensaba reproducirlas aquí… pero mejor no… que son muy gordas. Imaginad las cosas más bestias que se os puedan ocurrir… y acertaréis.
Él sólo sonríe tímidamente y corre a refugiarse a la nave, esperando que aparezca Shaska, la polaca menuda y blanca, por la que bebe los vientos.
Continuará…

Cabalgata de hadas


Capaz de renovar sus alas
las hadas se reúnen hoy
en círculo convocadas.
Las runas dan buen augurio
y la cabalgata avanza
seguida de leprechauns
que ,juguetones, arrastran
setas, flores y tréboles afortunados
adornados en sus danzas.
¡Silencio en el bosque!!Calma!
Que el hechizo se interrumpe,
que se nos marchan las hadas.
La feérica mudanza
se debe a que algún humano
se ha atrevido a molestarlas.
¿Dónde quedará ahora
el mundo de tanta magia
si se escaparon los sueños,
si nadie cree ya en las hadas?
Silencio ahora y por siempre,
que yo las guardo en mi almohada.

Cómo vivo


Así vivo...
asida al filo mismo de tu risa.
A la espera de ver cada mañana
cómo un beso se resbala y se desliza
hasta alcanzar el valle de mi boca.
Asi vivo...
tan tuya que me asusta,
tan mía, que deseo abrir ventanas
y desalojar de intrusos
esta alcoba del alma,
si acaso el impostor de sueños
insiste en habitarme.
Y así, al dejarla ya vacía,
libre de ladrones e imposturas,
envolveré tus besos nuevamente
para llevarlos conmigo
y aunque viva renacida
seguiré haciéndolos míos
para ser más yo que antes.
Para ser más yo que nunca.

Te irás...


Te irás...
arrastrando los pies en silencio.
Acurrucando los temores
en el rincón del miedo,
-allí donde se fraguan y se inventan
las pisadas de huidas adelante.-

Te irás...
vacío de mi y de mis recuerdos.
Recogiendo una coleta al viento,
prohibiéndole que suelte sus cabellos,
fuente de todos los deseos
que ayer amabas tanto y hoy...
prefieres renunciar a ellos.

Te irás...
sin volver la mirada.
Bañando en soledades mi cuerpo
que antaño recorrías con tus dedos,
que ayer fue tu refugio y tu morada.

Te irás...
como llegaste.
Sin nada entre las manos.
Y sólo yo sabré que fuiste mío...
y sólo yo sabré que me has amado...

Sin red...


De la locura, cautivo,te rescato
y vienes a mis brazos.

Ahuyentando los fantasmas
descolgados del pasado,
paseando calles solitarias,
tomándole el pulso a la vida,
midiendo abismos,
doblando espacios.

Te regreso a la cordura de los sueños,
recordando pasillos habitados
por imágenes que vienen a buscarte
y te gritan cuánto amo.

Te rescato de tus miedos.
Te cuento al oído mis temores
y juntos, sin red, nos arriesgamos.

Dame tu corazón y la mano.
Apriétame fuerte contra tu vida
y demos un salto.

Pero no cierres los ojos.
Quiero que te arriesgues y me mires.
Quiero que juntos soñemos que vivimos
y que acaso hemos amado.


Sueños que no...


¿No os ha pasado que despertáis a veces en lo mejor del sueño? biggrin


No hay amor que abandone
porque dígase imposible,
que en mis sueños brindo flores
a aquel que a mi me fascine.

Y hago a la almohada mi cómplice
que juega a caricias dormidas
y me concede deseos
cuando Morfeo me abriga.

Así pues, le entrego dones
a quien mis sueños inspira.
Sin reparar en doblones,
al pirata que me asalte.

Nunca sabré el desenlace
-pues de soñar no termino-

y antes que acabe el camino
del sueño que así me place,
me despierto -¡qué coraje!-
sin ver el fin que adivino.

Zombie


Puafffffff un poco escatológico... vale. biggrin


¿De qué sepultura
me levantarás esta vez,
para renovar tus votos
de amor eterno?

Qué lápida esculpirás
con epitafio renovado,
para hacer de mí
tu muerto resucitado?

Qué tumba profanarás,
para devolverme vida
de zombie paseando calles

-las tuyas-
con la carne hecha jirones,
recorriendo tus recuerdos
de gusanos hambrientos...? eek

Si me das un poema...


Si me das un poema...
dámelo pleno.
Preñado de impulsos
que no entienden de normas
ni saben de maneras.

Si me das un poema...´
dámelo nítido
como las aguas que rodean
la isla toda
donde mi mundo naufraga
en mil colores.
Y ni Viernes -acaso- me espía
tras los árboles de la selva
de abrazos libres, sin censura,
ni yo vigilo mi alma aventurera.
Dámelo abierto y sin medida.
Dámelo derribando fronteras.
En plenitud valiente,
sin límites ni heridas.
Pulido como el espejo,
abre el cofre del teorema
y tira la llave lejos...
si es que me das un poema.


Jaldabaoz y Barbelo


Según la gnosis, Jaldabaoz nos dio el cuerpo físico, privándonos del alma. Haciéndonos olvidar que somos herederos de la luz. Barbelo (el Pensamiento Posterior al Pensamiento Anterior) nos insufló el alma para que dentro de nosotros siempre brillara la chispa de luz divina.



Jaldabaoz me iluminó
con su hálito de niebla,
sumergido en las tinieblas
de su negra creación.

Me dio la piel, carne y huesos
a espaldas del mismo Dios.
y fue su ángel más negro
quien me otorgó condición
de mortal a su servicio
privada de la razón.

Barbelo miró a Sofía
y al Pensamiento Anterior
y en clara pugna y porfía
el alma me despertó.

Eres tú la heredera
del eón de los eones,
de la humanidad perfecta,
hermana de aquellos dioses
que habitaron junto a mí
antes que el mundo fuera.

Te daré tu alma eterna.
Serás superior a aquel
que de las huestes más negras
surgió frente a Micael
y envidiará tu hermosura,
pues cambiará la postura
postrándose ante tus pies.

Luz de la Luz
Amor del perfecto amor.
Hubo noche y hubo día.
Reflejos de confusión.
Batalla que así perdía
el oscuro Jaldabaoz... 

Sueño encantado


Renacer de los silencios...
en la infinitud del alma
aquí, en el bosque encantado
donde la música maga
rejuvenece por dentro
y me reviste de calma.

Canta el árbol sus anillos
de vida larga, tan sabia.
Canta el murmullo del viento
que acariciando sus ramas
embruja las hojas tenues
que dulcemente resbalan.

Musita el duende dormido
los nombres de aquellos niños
que han sido buenos y escapan
de un ogro de pesadilla
que ya se va de la almohada.

Renacer de alegrías nuevas,
respirando en el silencio
de un bosque lleno de hadas...

Bella idiota


Y me llamas bella idiota,
y lo gritas al balcón
de las palabras amargas.
No enciendes mi corazón.
 
No perturbas en mi almohada
los sueños que son de amor.

Y me ves en la ventana
asomando la sonrisa,
pensando que la mañana
quizá traiga con sus prisas
trinos de luz cantada.

No me enseñes tus cenizas,
que sólo quiero que el alba
se entremezcle con la brisa
que descubro en las palabras

No me corones la reina
de tanto dolor que lanzas,
ni me pretendas la dueña
de versos que te delatan.

No quiero ser epitafio
en un rincón de tu alma.
Tú lo has dicho, es sólo un juego...
¡¡¡no rompamos la baraja!!!

Como yo quiera...


No investigo tu mirada,
-que adivino nítida y preclara-.
No bebo de arroyos ambiguos
que no llegan más allá de un sueño.

Sólo tendrás hueco
en los dedos de mis versos,
como la canción eterna
que se escucha en las esferas.
Mi alma no persigue aires
pues de aires ya está llena.

Ofrece,-así es de generosa-,
el mundo que se esconde en sus poemas.

Y allí estarás tú...
mostrándote al amor, desnudo y porfiado.

Restregándote en los versos más audaces.
Implicándote indócil, mas pidiéndome permiso.

No renunciaré a mi privilegio
de hacer de tí cauce indómito en la sangre
que recorre uno a uno mis poemas.

Porque soy capaz, y soy la dueña,
de la voz que en ellos mora y se recrea.

Te quiero


Te quiero. ¿qué quieres?
Desde mi alma complicada
te quiero, sencillamente.

No sé más.
Desde mis ojos de halcón
que otean desde el aire.

Arriba, en el risco
más escarpado de la locura.

Te quiero.
Aunque sea insoportable.

Sin la medida exacta
que marcan los cánones.

Sin la forma pulcra,
ni admisible ni admirable.

Con la furia del viento impetuoso
y la brisa dulce de los sueños,
más suave.

Con la sonrisa puesta,
o la mueca más horrible imaginable.

Te quiero desde lo que soy
hasta lo que eres...

Te quiero.
¿qué quieres?

Un adelanto...


Aunque quiero contar cosas más adelante y con detalle... no me puedo resistir a comunicar por encima lo que ocurrió ayer. Tal vez por ser hoy el día del trabajo.
Ayer casi hubo un "motín" en la cooperativa. Nos dijeron que iba a haber poco trabajo. Que nos marcharíamos pronto a casa...
En el último momento nos dijeron que habían salido dos camiones más para recoger fresas al campo.
Los "señores" tenían a los freseros recogiendo más fruta hasta las 8 de la tarde.
Tuvimos un paro forzoso de media hora. Con los brazos cruzados mientras las fresas se enfriaban en las cámaras para poder manipularlas.
Los ánimos empezaban a caldearse.
Nos pusimos a trabajar una vez que las fresas estaban listas. Al acabar los palés... nos informaron que teníamos que esperar de nuevo otro largo rato con las manos cruzadas... (pretendían que fuera en silencio.. como si estuvieramos en el cole)
Por fin vinieron las otras fresas.
Dos horas y media más tarde de lo previsto terminamos nuestro trabajo con los ojos irritados y picores por todo el cuerpo. Las espaldas destrozadas y los pies como botas.
Comenzaron las protestas de indignación. Estábamos a merced del despotismo de "los de arriba". Exigimos que ese tiempo de brazos caídos fueran pagados. No eran descansos. Eran paros ajenos a nosotras.
La respuesta fue clara: "Aquí no se pagan los descansos. A la que no le guste... que se largue a su casa".
Así... tal cual. Si llegan a ser tres horas de nuestro tiempo... tres horas impagadas.
Es lo que hay. Ellos mandan y su voluntad es la que es.
¿Que tienes hijos? Te aguantas. ¿que te parece injusto? Te aguantas.
5.38 euros la hora. Es lo que hay. Ellos pagan... tú a callar.
¡Feliz día del trabajo! sad

...Y sin embargo


Te asustaste del amor,
armado apenas de los sueños,
castillos de humo que se fueron
como sombras frías en el tiempo.

En el jardín de lo que fue,
en la maceta gris de los recuerdos,
acurrucado en el silencio,
abrazándote a tus miedos.

Me miras hoy como un fantasma.
Aparición que en su misterio
abarcaría la añoranza
de los besos que no fueron.

Y sin embargo, tú has sido
-en un rincón tímido y tierno-
exiliado del infierno,
paréntesis de rocío,
amor recóndito y cierto.

Una llama sorprendida
quemando a medias un verso.
Una huída pasajera...
un instante...
un receso...

Me cansé,,,


 "Harta ya de estar harta, ya me cansé..."

Yo ya me estoy cansando
de ser luz.
Y norte
y guía.
Me cansa ser sonrisa permanente
para que otros beban
de la fuente de mi vida.

Me cansé de no ser
más egoista
y necesito
empezar a ser yo,
para mí misma.
Le hago bucles a los versos.
Aliso la melena de los vientos
que vienen hasta mí tan enredados...
Hoy quiero empezar a ser poema.
Sin letras ni estrofas.
Sólo el ritmo que me marque
la experiencia de estar viva.

Tal vez no necesite a nadie
que me quite las cadenas de las manos.
Quizá me sobren los esfuerzos
de soñar y habré alcanzado
la cumbre inexplorada
de mi yo más oculto
y ¿por qué no...?
más venerado.
Hoy me otorgo el beneficio
de la duda.

De pensar que son posibles
otras rutas.
Y el mercado
de la dicha está esperando,
vacío de otredades,
ofertando el intimismo exclusivo
que me haga ser inédita.

Me cansa cansarme en vaguedades...
pues sé que no seré nunca yo misma
hasta no verme plural y reflejada
en la ventana necesaria de otros ojos...

Así hago yo los versos


Perdida en el ocaso
de unos versos,
ahogada sin remedio
entre las rimas,
rebusco soledades,
pantomimas,
que imitan del amor
el universo.
Observo los límites
del alma.
Miro la pasión,
orgullo,
celos...
Aprendo desamores
y las llamas
que encienden corazones
tan sinceros.
Intuyo y evalúo
los destellos
que emiten los gritos
del poeta.
Dirijo hacia mi centro
la mirada
y al fin sois de mi vida
su reflejo.
Despierta entonces
la mano.
El lápiz bosteza
de nuevo.
Comienza el baile
un poema
que sois vosotros.
Yo.
Uno es
el sentimiento...

Aquí estoy yo


Corona de un sol muerto.
Leviatán del abismo acuático
que me habita y me rodea.
Trovador de leyendas que no fueron.
Paladín de una causa ya perdida...
Así eres tú, cuando llegas a mi puerto
cansado y abatido en mil batallas
que son sólo espejismos
contra tu propio reflejo.
Te miras a los ojos
y te encuentras enemigo
devolviendo la mirada
vacía y tan lejana...
Y sin embargo...
aquí estoy yo... para recoger tus miedos,
para sacudirte el alma
y enredarte a mis besos
como una araña de seda
que entre sus dedos te atrapa
y mutila tus miserias.
Aquí estoy yo,
bálsamo de silencios largos,
acuática mirada
que asalta al abordaje tus vilezas
y te sabe, y abraza tus fantasmas...
y te ama en medio del oleaje sombrío,
sin reproches, quieta, rota...
y sin embargo enamorada...

Al alba...


La madrugada absorbe
cada gota de amor que hay derramada
en la sábana oscura de la noche.

La danza de dos almas se clausura
y regresa a la quietud cuando saciada
se queda la urgencia por el baile.

Armónicas miradas se suceden,
al alba espectadora de las llamas
que la prisa turbulenta de caricias
a la sombras de dos cuerpos reclamara.

Seduce la luz que se camufla
en ráfagas de cielo bostezando
y empuja la mañana inexorable
la cálida modorra que da el amor usado.

Así se ven los ojos -ya cerrados-,
a juego con la plácida sonrisa
que asoma -como rúbrica en los labios-,
haciéndose testigos de la dicha
de haber sido danzantes de la noche
y locamente haberse amado...

Mí deseo...


Mi deseo es encontrar
ese poema
que atraviese el corazón
y los sentidos.
Que inunde de virtud
al que lo lea,
y derrita el alma
del témpano más frío.
Mi deseo es dibujar
una poesía,
hambrienta de colores
y el estío
sea eterno en su calor
y con su brillo
inunde la estación
y sea eterna.
¡¡Qué lejos de alcanzar
tanto deseo!!
Mis letras lloran su amargor
y su vacío.
Igual que se marchita aquella rosa,
así se muere de impotencia
cada verso
que escribo y no alcanza a ser belleza,


Mírame


Me trasciendes
desde la luz púrpura
de la tarde
que se corona de mil tonos ardientes.

Y yo ardo en ese fuego de tonalidades infinitas
a las que invitas y sugieres,
como un galante abanderado del ocaso.

Me perpetúo en tus ojos
cuando miras al horizonte,
perdido tras otro horizonte
más lejano y misterioso,
universo paralelo y exquisito
donde incitas a Pegaso
a ser mi montura y me transporte
a ese mundo único y hermoso
donde tú y yo habitaremos para siempre.

Mírame en los atardeceres de espejos,
en las colinas enrojecidas
donde el sol recuesta su melena.

En los reflejos ambarinos
que se bañan en el mar
imitando sirenas locas
y de amores complacientes,
juguetonas con las olas,
estrenando sus diademas de espuma...

Mírame en cada rincón mágico que anida
en los perfiles dibujados por el sol cuando se duerme,
imitando nuestros sueños
y robándonos suspiros
al borde del amor hecho locura...

De hada a bruja


Son hadas mientras las aman
y se convierten en brujas,
pues los que amor les reclaman,
se enredan entre las ramas
de los ardores que buscan.
Las hadas se tornan brujas
y se vuelven despiadadas
y el lunar que tanto amaban
de pronto es una verruga.
Así el hombre las compara
cuando aparecen arrugas
y su dulce voz es grito,
y sus curvas son gordura...
¡¡qué poco duran las hadas
en el corazón del hombre!
Ayer fue mágica vara
y hoy escoba, la costumbre... sad

De andar por casa


No es un poema. Es... ¡y yo qué sé! Reflexiones, supongo. eek



Te amo.
A pesar de ti y de mí.
A pesar del tiempo.
Enfrentándome a las canas
y a alguna arruga que se abre paso y pesa...

Te amo aunque la costumbre se instale en la memoria.
Te amo más que el primer día.

Más que aquella vez que me besaste y se abrió el cielo...
Te amo en cada infierno que trazan los espacios de rutina.
En cada cada grito y cada silencio.

En cada momento que no me estás amando
y en el segundo preciso en que tus ojos me encuentran de nuevo...

Te amo en cada risa y cada juego
que nos vuelve niños y mejores amantes.
Y amo tus pies cuando lucen zapatillas
o se calzan sus zapatos de paseo.

Y amo tus dedos sin anillo,
tu cepillo de dientes,
tu bata de cuadros,
tu chándal y tu traje de bodas,comuniones y bautizos...
Te amo desnudo y vestido.

Frente a la tele o asomándote al espejo.
Con legañas,con ojeras,
con tu barba de tres días
o afeitado,oliendo a limpio...

Cuando estás despierto,
Cuando estás dormido...
-y me tienta estrangularte
para acallar tus ronquidos...-

Te amo, mi amor...
Incluso cuando no quise amarte.
Cuando soñé la pesadilla del adiós definitivo.
Cuando te odié.
Cuando el rencor me pudo.

Te amo por tus imperfecciones
-y las amo una a una-
y por esa extraña ternura
que despliegas al amarme.

¿Y qué le puedo hacer?
Si aquel día de Septiembre
firmé mi vida y mi muerte
y supe que tú serías
para siempre, siempre.
Siempre...

Algo de lo que soy


Soy mujer que esconde sus miradas
en la cara más oculta de la luna.

Luciérnaga que busca su luz prestada.
Murmullo apenas de un dios
infinitamente aburrido.

Soy reposo de un guerrero cansado.
Un sueño perdido en la esfera,
descolgado en la galaxia más lejana
de los sueños.

Soy costumbre hecha fantasía.
Refugio colapsado de inmigrantes
que rebuscan mis rincones
para asilar miserias.

Soy suspiro agotado al final del cansancio.
Vestido de un alma vagabunda
que no encuentra su sitio.

Caderas necesariamente anchas
para obsequiar al mundo mi preñez.
Pechos grandes que amamantan
la sed caníbal de los versos.

Sonrisa obligada para el tiempo y sus secuaces.
Porque ése es mi destino.
Ser la luz prestada de un dios aburrido...
...e infinitamente solo.

Sobrevolándote


"Hay poemas (poetas) que me hacen volar....."

... y una vez más
me transportaste
a ese paisaje de ensueño.
Volando por encima de parajes
imbuidos de la música preciosa
que sabe al mundo de los cuentos.
Vi castillos de señores medievales,
vi dragones plateados
y su fuego
iluminaba la noche y la envolvía
de la magia luminosa
de los sueños.
Vi tu mar embravecido,
las olas que picaban en la quilla,
fuirosas de amor
y desde el cielo
la luna que celosa reflejaba
el brillo de unos ojos
traicioneros.
Vi tu mundo,
tan cerca del que amo,
que lloraba mi alma
emocionada
al posarse el poema en su final,
dejando descansar
tu mano.

Víctimas de las brujas


No he podido resistirme a un poema de elturiferario (las brujas de Macbeth) y me he permitido hacerle una réplica... (lamento que no esté a la altura del suyo... pero si no lo escribo... ¡¡reviento!!)biggrin Ahí va:


Ese hombre fascinado
que nos mira y se embelesa...
y en su mirada turquesa
nos dibuja como un cuadro...

Ese hombre que a la diestra
esculpe la juventud
y coloca la virtud
-como es lógico-en el medio...

Ese hombre que a la izquierda
deposita la belleza
y la ve tocar el cielo
con la mayor sutileza...

Ese hombre, como digo,
es la víctima -y lo sabe-
y en nuestros ojos de sable
verá su tiempo cumplido.

Lo desea.-Nos desea-
Sea pues nuestro designio
que goce el placer benigno
para luego hacerlo presa
del conjuro que a la mesa
destinamos al maligno.

Hombre pequeño, inerme.
Cordero dócil e ingénuo.
Tu gozo no nos concierne...
Sólo existes en los sueños.

Somos tres. Uno el infierno.

Tú...


Tú...
me arrebatas el alma
y me traduces la noche
en forma de sudor y desafío.
Tú...
te proclamas halcón
que me seduce,
brote elástico
asido de mi tronco,
sorbo de agua
que fluye y que me arrastra.
Tú...
eres licor que me adormece.
Vino joven que se sube
y me marea,
tarima blanca
y bruma espesa
en la que pierdo la noción,
el rumbo, el norte...
Tú ...
alumno de la luz,
firme promesa.
Depósito de amor
que se desborda,
acústica tu voz
de tensa cuerda.
Tú...
rayo veloz,
miel pasajera,
luna escondida
que vigila y que se instala
en un rincón absurdo
de mi alma,
cuando la estrella última
me anuncia amanecida...


4-Septiembre-2006 (y van...)

Yo Quijote


A mi también me pasa,
-algunas veces-
que me dejo atrapar
por los molinos.
Mas no hay gigante
que se precie
de haberme derrotado
en la batalla,
por muy singular
que aquesta fuera.

Yo te digo, Sancho, amigo,
que ninguno destos botarates
puédese batir conmigo
ni decir que me ha vencido
y llevado por delante.
Ni flamante la armadura
ni pretendido talante
de aguerrido peleador
ha conseguido
achicar a esta Quijote
aún viéndome del género
más contrario al masculino.
Así pues, querido Sancho,
aprestaos con lanza en ristre.
Arread vuestro jamelgo
y si os place el desafío,
seguidme en esta aventura,
que al andar se hace camino...
y el camino nos conjura.
19-agosto-2006

(y sigo)

Paloma loca


 En la sed de mi boca
vino a posarse
una paloma ciega
-que impetuosa-
equivocó mi lengua
con fuente hermosa.

Es ciega y loca,
porque no sabe
que los amores hieren
si se derrochan.
Y se equivoca.

Porque no calma el alma
cuando me toca.

Ni es un buen nido
su amor de roca.

Esa paloma
viene a saciarse
de la sed rota
que habitó en mi garganta
cuando la rosa
de sus besos amargos
fueron de otra...

22 Jun 2006 (HMMM sigo rescatando... qué chungooooooo)

Regresos


Retorno a los encuentros
recurriendo a los abismos,
asomada a tu capricho
(de niña-campana
a mujer-sombra),
sonriendo siempre
a tu amor voluble
e indeciso.
Persiguiendo formas en las nubes,
ocultando el sol impreciso
de tus ojos
preñado de miradas
que me cubren el alma,
para volar luego
al ocaso de la tarde,
-malvas sucumbiendo
al rojo fuego,
rendido el horizonte-.
Retornas de tus juegos
y me encuentras
columpiándome en la risa
de la luna,
hermana muda
de tus sueños más audaces.
Me cuelgas en el techo
de tu mundo oculto
y me pides que alumbre
tus noches más oscuras,
tus insomnios de dudas retornables.
Y sueno para tí
como música de cuna
arrullando tus miedos,
anudando los zapatos
a tus caminos,
siempre de regresos...

09 Sep 2006.... (ufffff malo... cuando tengo que echar mano de las rentas) sad

El artista

Pensó el creador pintar un cuadro
y el boceto del amor… se le escapaba.
Pues no había color en la amplia gama
que atinara a mezclarse en su paleta.

Soñó después el amor como escultura,
diseñando un modelo en blanda arcilla.
Mas pensó que así encarcelaría
el perfil tan adorado de su amada.

Al fin se vio atrapado por un hada
que dulce le inspiró una melodía.
Mas la música del alma no sonaba…
quedándose sus notas incrustadas
en la eterna emoción de una poesía.

Tránsito


Trazó la pluma un poema
de tus ojos escribientes
y fui tinta relatando tus amores,
de miedo y duda engalanada.


Por tí he sido camino
y sendero dependiente.

Atenta a tus pisadas,
tránsito de duendes.

Del hielo hice calor
y de la lluvia fogata
revestida del aroma
que emana en la ternura.


Por ti plegué las velas
de mi barco aventurero.
y he rendido pleitesía
a un dios múltiple en tus dedos.


He buscado la armonía
en la música callada
recitando los besos
de tus labios cantores
y me he llenado de soles
que hasta en la noche brillaban.


Aprendí la melodía
del silencio elaborado
con la voz de tus ruínas
y hoy estreno con prudencia
mi canción de viento enamorado.

Circo


Sucedes en mi cuerpo
como un poema escrito en la penumbra.
Recitándote callado -hecho de besos-.
Vertido sobre mí como resaca.

Te retuerces en mi piel
como un contorsionista del ensayo.
Ocupándome en espacios y caricias.
Ajustado a mis fronteras inquietas.

Aconteces en mi vida
como un equilibrista apasionado.
Sin red que detenga tu osadía.
Arriesgando siempre al límite y sin tiempo.

Contaminas las esencias y capturas
mi yo más íntimo y sagrado
domándome las fieras más cautivas.

Payaso de mis risas.
Traga-fuegos de pasiones.
Saltimbanquis de imposibles piruetas.
Jefe indiscutible de la pista.
Mi cuerpo es tu circo ciego.
Tu más difícil todavía.
La carpa donde montas tu espectáculo.
La cuerda floja que caminas cada día.

Hoy sé..


Hoy no puedo pintar melancolía.
De nuevo brilló el sol
y está quemando.

Hoy sólo puedo dibujar
la dicha
y sentir que he renacido
en este día.

Hoy nada cubrirá
con negro manto
la vida que me atrapa
y me cobija.

La luz creció más fuerte y bella
en la sonrisa
que emana de su canto
enamorado.

Hoy sé que estoy en medio
de tu risa
y puedo estar feliz
y,aunque soñando,

reposo mi cabeza
sobre un verso
que ha sido como un beso
apasionado...

Chorreando


Tus ojos derraman el tiempo
de las miradas insondables
que un día quise mías.

Atropellándome en palabras
que tus iris callaron
y las hice canciones de amor.

Pulidas caricias de sol y luna
en armonía consagrada.

Allí quedaron...
prendidas del tiempo en ese parque.
Cómplices de una adolescencia
miope y eterna
y sucumbían
sobre la hierba en esplendor,

reverdecidas de un amor que se asomaba
al puente sobre patos olvidados.
Se derramó el tiempo entre tus dedos...

se derramó y yo lo recogía,
con la urgencia prisionera de mis años,
con la angustia de un reloj
que respiraba
la arena alocada del otoño
que soñó ser primavera.

Corre rápido el cronos perturbado,
-demente que así se balancea-
sumido en la profunda esquizofrenia
que abarca en su amplitud las estaciones.

No asumo este negocio ni el embargo
que la vida en su carrera me plantea.
No quiero chorrear más tiempo
por los ojos...

No quiero que tú ya hayas pasado
y que no vuelvas...

De hoja perenne


Persevero...

Las hojas decadentes del otoño
persisten en su huida
de la rama hacia el suelo,
pero yo ...

insisto en recogerlas
para luego
reconstruir un árbol nuevo
de hoja perenne
y siempre bella
su dorada silueta.

Recupero ...

la sombra que perdió
mi árbol marchito
y con esmero
atesoro los besos
que se dieron
los amantes entregados
a sus ramas.

Yo me niego ...

a hacer leña del árbol,
porque el fuego
no será su fin
ni su destino.

Lucirá hermoso,
jamás caduco,
y un lucero
hará brillar sobre las hojas
cada noche
la voz ardiente
del amor sincero
que tantas veces
declaró bajo su copa
la magia eterna
de un te quiero... 

Calvario


Nunca he escrito poesía religiosa. Pero quise hacer un intento. Bué... ésto es todo lo que supe hacer.

Participé en las risas y el escarnio.
Estuve allí, profiriendo insultos al Cordero.
Mentí -testigo falso-
contra el Amor más puro y verdadero.


Cargué sobre tus hombros un madero,
viéndote arrastrar culpas ajenas
y no me conmoví, ni me dio pena,
tu rostro de amargura y tu Calvario.


Clavé con mi egoismo cuatro clavos
en medio de tus pies y tus muñecas
y al verte allí desnudo me he sumado
a las burlas y al rencor del populacho.


Hiciste una pregunta y -espantado-
rasgué hipócritamente mi vestido:
"¿Por qué me abandonaste, Padre Mío,
y muero injustamente y sin pecado?"


Oí aquel grito desgarrado y abatido
al tiempo que el perdón me concedías.
A Dios tu Espíritu inocente encomendabas
y toda tu misión se vio cumplida.


Perdóname tú a mí, Hombre Divino,
por entender tan tarde que tu Vida
fue el Pan que me ofreciste de alimento
y en tu sangre,que entregaste sin lamento,
me diste de beber el mejor Vino.


Me has robado


Me lo has robado todo.
Me dejaste desnuda.
Yo que tuve una vez mi mundo
sostenido firme como un árbol.

Seguro en el pilar profundo
que en la base de tu amor
tener creía.

Me lo has robado todo.
Por más que me repitas
que esclavo de palabras
fuiste en un momento.

Que no quisiste herirme...
que fue el viento.
Me lo has robado todo.

Mi sostén más íntimo y secreto.
La gran seguridad que mantenía.
Mi autoestima consagrada.
La columna vertebral de mi existencia.

Me lo has robado todo.
En base de cristal
he construído mi palacio,
¡tan fuerte que inventaba sus cimientos!
Sus muros de papel me has derribado.

¡Qué frágil y sin alma sus pilastras!
Me lo has robado todo.
Mi sonrisa. Mi universo.

Ya no soy más.
Me voy restando cada día.
Me esculpo en el dolor y en el recuerdo.
A fuego se ha grabado tu mentira.

A fuego y aunque río...
por dentro va llorando mi alegría.

Risa de luna


Invierte la luna de mi boca
para armar una sonrisa
de luz creciente
y a tu orden ilumine mis poemas
revestidos de color y de alegría.
Adiós versos gastados de tristeza.
Adiós sombríos trazos
de amargura.
Que la risa ha despertado
y ya comienzan
a dejarse engatusar
las letras mías.
Para arriba esos cuernos de la luna.!!
Que se calce de vigor esta poesía
y le baile al compás de ritmo alegre
y remangue la falda a la armonía.
Ole, ole niña blanca..!
Ilumíname la cara con la risa
Zapatea en los charcos del amor.
súbete a la mesa de la vida.
Y baila, báilame y hazme cosquillas,
que quiero contagiar esta alegría...

13 de Julio de 1983


Viernes 13 de Julio de 1983

Querido diario:

Hoy ha sido, sin duda, el mejor día del verano.
A eso de las 7 de la tarde, Luisa, Merche, Ramón, Eli y los tres sevillanos, han asaltado literalmente mi casa. Las chicas me han empujado hasta mi cuarto, han abierto mi armario y tras rebuscar entre mi ropa, han elegido por mí un vestido sencillo, pero coqueto y me han obligado a ponérmelo. Luego me arrastraron hasta el cuarto de baño y mientras Merche me peinaba, Luisa trasteó en mis pinturillas y sacó un brillo de labios con un ligero toque tostado y me embadurnó de colonia Farala, mientras Eli y la pequeña de los béticos me calzaban unos zapatos blancos de tacón bajo.
Yo me dejaba hacer sorprendida sin obtener respuesta a mis continuas preguntas sobre a qué venía todo aquel abordaje que me hacía sentir como una estrella de Hollywood.
Lo único que saqué en claro era que debía callarme y obedeciera sin más. Divertida y muerta de curiosidad opté por hacer caso.
Los chicos, en la planta baja, ya empezaban a impacientarse, cuando aparecí por fin en lo alto de la escalera como una diva, monísima de la muerte y sonriendo ante la perspectiva de lo que podría ser una sorpresa. Aunque ignoraba absolutamente cual sería la naturaleza de la misma.
Me guiaron por las calles del pueblo, arrastrándome de los brazos y cerrados en banda ante mi insistencia por pedir explicaciones.
Al llegar a la altura de la única pensión del pueblo se detuvieron con brusquedad. Rafa y Miguel (como buenos sevillanos) comenzaron a palmear y jalearme como si estuvieran en un tablao flamenco y yo fuera la primera bailaora del show.
Luisa me dio un empujón metiéndome de lleno en la boca del lobo.
El comedor de la pensión comenzó a dar vueltas a mi alrededor como una noria fantasmal y borrosa. Allí, medio cegada aún por el sol de la calle, en el claro oscuro de un rincón, frente a un enorme plato de filetes con patatas y junto a un chico casi albino… estaba Bernd.
El corazón se me encogió como una pasa. El estómago se me hundió hasta la espalda y las piernas comenzaron a bailar de forma autónoma.
Una sonrisa amplia, franca, divina, iluminó la cara de mi alemán. Se levantó torpemente, arrastrando la silla con mucho ruido y en dos zancadas se acercó hasta mí, tropezándose con sus propios pies.
¿Cómo describir ese momento? ¿Cómo explicar el sin fin de sensaciones que jugaban a envolvernos en una nebulosa llena de nervios, febril y mágica?
Allí estaba. Frente a mí. Mi teutón de piel morena y la sonrisa más hermosa del universo.
No lo esperaba. En su última carta me aseguró que no vendría este año. Yo ya me había resignado a no volver a verlo nunca más. Pero allí estaba. No sabía qué decirle. Me miraba… le miraba….hasta que un “you are pretty , honey” se escapó de sus labios. Me colgué de su cuello, ignorando por completo la mirada de juez que Encarna, la dueña de la pensión, nos dirigía desde la puerta.
El mundo se detuvo. El aire se aquietó. Me daba todo igual. Él había venido. Había venido por mí. Era lo único que importaba.
Ya me presentaría más tarde al chico que cenaba en la mesa junto a él. Sí. Más tarde. Habría tiempo para todo lo demás.

3 de Julio de 1983

VERANO (Diario de Marieta)



Martes 3 de Julio de 1983

Querido diario:

Hoy hemos ido de excursión. Debe ser que el calor no afecta tanto cuando se tienen diecinueve años o menos, porque a las cinco de la tarde hemos recogido nuestros bártulos y hemos tirado hacia el canal.
Nuestros bártulos son, básicamente, toneladas de agua, una guitarra y las ganas de pasarlo bien.
Nuestra energía es inagotable y el sol no es un candil ardiente sobre nuestras cabezas. Más bien parece alentarnos al juego y la risa.
Los sevillanos bromean con el pelo rojo de Luisi, Diego cuenta algún chiste… Ramón filosofea sobre la inmortalidad del cangrejo de río. Manolo toca la guitarra por soleares… Y Ángel y yo… intentamos rezagarnos.
Vamos ralentizando el paso dejando que nos adelanten los demás poco a poco, hasta quedarnos en la retaguardia.
Algún beso furtivo. Alguna canción al oído… sonrisas pícaras y cómplices.
A veces me toma tímidamente de la mano y me la suelta rápido cuando la cabeza de Eli se vuelve curiosa hacia nosotros, para volver a intentarlo esperando que nadie más nos interrumpa.
Por fin alguien decide que ha encontrado el sitio idóneo donde aparcar nuestra juventud despreocupada y nos sentamos a la sombra de unos pinos, en un círculo mágico de vida y alegría.
Frente a nosotros las ranas se lanzan al canal, arrancándole música al agua. Las flores silvestres nos regalan sus colores más rabiosos y el olor a jara se esparce por el aire como antídoto contra la tristeza.
Cualquier cosa es objeto de risa. Cualquier comentario nos despierta hilaridad y nos hace querer detener el tiempo en estos instantes de diversión y camaradería.
Ángel no se aparta de mi lado. Lo sorprendo alguna vez oliendo mi pelo, mientras yo, ajena a él, participo de aquella explosión de vida.
Es divertido. Es mágico. Un momento memorable para atesorar en el baúl del recuerdo. Puede que cuando sea una vieja (allá por los treinta) mire de soslayo estos instantes vividos y no pueda retener tantos detalles y no sea capaz de recordar cómo disfruté de ellos. Pero alguna sonrisa escapará de mis labios melancólicos, al saber que hubo una vez en que la vida no tenía prisa… y que fui joven.

20 de junio 1983


VERANO (Diario de Marieta)


Miércoles 20 de Junio de 1983



Querido diario:

Me gusta este pueblo. Es feo. Pero a mí me gusta. Tiene una luz especial que se refracta en las paredes de sus casas encaladas, como cientos de palomas unidas por sus alas.
Sólo tiene una calle asfaltada, por tanto si a alguien se le indica “vaya usted a la calle asfaltada” no tiene pérdida . Claro que, perderse aquí… es lo menos probable. Parece un pueblo del Oeste. Una ciudad sin ley donde todos se conocen y los vecinos se asoman curiosos a mirar a los “forasteros”, (así nos llaman) como perdonándoles la vida. Por sus miradas se deduce el recelo que provoca en ellos la llegada masiva de extraños en cuanto asoma Junio. Como si fuéramos la invasión de lagartos que vienen a dominarlos.
Entrar en la farmacia es toda una odisea. Te desnudan con la mirada y esperan con interés a que solicites del boticario o la manceba alguna medicina, para hacer sus cábalas sobre cual será el mal que te aqueja.
Nosotros nos divertimos mucho en la farmacia. Hoy hemos entrado Zoila, Luisa, Merche y yo con una conversación “pactada”. Yo aseguré que tendría a mi hijo, pero que jamás me casaría con su padre. A lo que mis amigas contestaron aprobando mi decisión y aportando algún que otro detalle sobre la calidad del individuo que pretendía tomarme por esposa.
Las caras de asombro y disgusto de las parroquianas que van a pasar el rato en la botica, no tenían precio. Oímos algún que otro comentario escandalizado y miradas inquisidoras. Pero aguantamos el tipo. Nos salió tan bien la pantomima, nos divertimos tanto, que juramos volver para poner al corriente del próximo capítulo a las vecinas. Se veía en sus caras que se morían de ganas por saber cómo terminará el culebrón.
Por las noches el pueblo se torna más vivo que nunca. Los forasteros acudimos como moscas a la discoteca al aire libre y ocupamos toda la pista.
Las chicas nos asesinan con la mirada. En cambio los chicos revolotean como abejorros a nuestro alrededor, cubata en mano y la cara coloradota de puro campo.
Todos los veranos la disco organiza un baile de disfraces. Y claro, como somos tantos en mi pandilla (a veces nos juntamos hasta 26 personas de diversas edades y puntos de la geografía del mundo mundial) nuestras posibilidades de ganar se multiplican. Vale… siempre ganamos. Esto, naturalmente, provoca el enojo de los lugareños que ven con muchísima rabia cómo acaban siempre los “extranjeros” llevándose el premio, que no suele ser más que un par de botellas de champán. Pero es SU champán.
Sus miradas son de lo más elocuentes. Se les lee en los ojos un “forasteros go home” absolutamente nítido.
Pero no les sirve de nada. Porque este pueblo pequeño, feo, insulso y blanco, tiene un imán especial. Y siempre volvemos.